Música, Felicidad y Primavera

Eric Clapton recuerda en el documental Living In The Material World una de las más bellas anécdotas que la historia de la música nos ha dejado. El nacimiento de ‘Here Comes The Sun’. Era 1969 y The Beatles se encontraban en momentos de crisis. Se cuenta que George Harrison decidió aquella mañana no reunirse con la banda. En lugar de hacerlo y enfrentarse a los muchos problemas que atravesaba el grupo, pasaría la mañana con su amigo Eric, dejando que la magia surgiera.

Era una de esas hermosas mañanas de primavera, creo que fue abril. Estábamos dando una vuelta por el jardín con nuestras guitarras. (…) Nos sentamos bajo un árbol mirando a la distancia. El sol brillaba, y él comenzó a cantar las primeras estrofas de ‘Here Comes The Sun’. Y yo solo observé cómo cobraba vida”, contaba Clapton.

Imagínense allí. Sentados al amanecer, rodeados del verde de cualquier campo inglés, dejando a un lado los problemas y simplemente disfrutando de la música y del sol en vuestras mejillas. ¿Podría existir una escena más cercana a la felicidad?

Te lo has imaginado y, reconócelo, la idea te ha gustado. No es de extrañar y Eric Clapton no sería el único que gozaría con este momento. Recientes estudios demuestran que el vínculo entre la música y la felicidad tiene su explicación biológica: la dopamina.

Recientemente se ha asegurado que el placer que experimentamos escuchando música se debe a que, en esta situación, nuestro cerebro libera una sustancia llamada dopamina, que se encuentra asociada a la sensación de motivación, al placer y también a la adicción.

Valorie Salimpoor, neurocientífico de la Universidad de McGill en Montreal, asegura que las personas, al seguir las melodías, nos llegamos a anticipar a lo que sonará a continuación. En caso de que lo que suene seguidamente después de nuestra predicción inconsciente nos agrade y cumpla con nuestras expectativas, nuestro cerebro segregará esta sustancia, induciéndonos al placer. Si por lo contrario, el transcurso de la canción no cumple con nuestras expectativas previas, se tenderá al rechazo de la misma, momento en el que nuestra tolerancia y la amplitud de nuestra experiencia musical cobrarán un papel determinante para seguir escuchando.

Participar en el propio proceso musical provoca también efectos muy interesantes sobre la actividad cerebral. En 2012, un estudio de Dunbar demostraba la liberación de endorfinas (conocidas popularmente como “la hormona de la felicidad”) al cantar o tocar un instrumento musical, un fenómeno que no se produce cuando solo se es oyente o espectador.

La llegada de la primavera coincide con el Día Mundial de la Felicidad, instaurado también el 20 de marzo por la Asamblea General de la ONU en 2012 a petición del Reino de Bhutan, con el fin de reconocer la importancia de este sentimiento en la vida de las personas.

Felicidad y primavera, la combinación nos encanta. Por eso, os invitamos a disfrutar de ambas a la vez. ¿Cómo?, por supuesto con música. No te quedes sin escuchar nuestra playlist más alegre, pulsa el play y prepárate para esta primavera, ¡a ser muy feliz!

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