La Inteligencia Artificial (IA) empieza a convertirse en una tecnología del presente más que una promesa del futuro. Supone un importante avance para el mundo de los negocios y para la vida cotidiana de la que ya hemos hablado profusamente en MásQueNegocio. Pero ¿sabemos lo suficiente sobre ella?
Antaño asociada a la ciencia ficción, la Inteligencia Artificial se está usando ya en diversos sectores productivos. En Inc nos resumen las verdades y las claves más importantes sobre la IA.
La Inteligencia Artificial necesita urgentemente diversidad
Necesitamos diversidad en la tecnología: diversidad de género, diversidad étnica y diversidad de conocimientos y experiencias.
Hacer hincapié en esto, las investigaciones y los avances en torno a la IA versarían más sobre la compasión y la colaboración y menos sobre el poder y la necesidad de control.
La tecnología es neutral: somos nosotros quienes decidimos usarla para el bien o para el mal
La IA tiene tanto potencial para el bien como para el mal. Necesitamos explorar sus usos para el bien y educar a la gente sobre sus potenciales negativos para involucrarles en un debate transparente sobre estos usos.
Una asociación de grandes compañías tecnológicas –Partnership on AI– está trabajando para establecer un estándar para el uso ético de la IA. La regulación y la legislación son importantes, pero con frecuencia se quedan atrás, por lo que corresponde a los líderes de la industria encabezar estos debates y actuar en consecuencia. Con este fin, la ética debe convertirse en un componente obligatoria de la formación y educación en IA.
La Inteligencia Artificial debe ser equitativa, responsable, transparente e inclusiva
El verdadero problema no es la amenaza existencial de la IA, sino en el desarrollo de sistemas éticos de este tecnología. Muchos están incorporando accidentalmente sus prejuicios en los sistemas de Inteligencia Artificial que perpetúan los prejuicios raciales, de género y étnicos actualmente existentes en la sociedad.
Además, no está claro quién es el responsable de los errores que pueda tener la IA en su aplicación en las industrias. ¿La máquina? ¿La persona? Son preguntas difíciles de contestar, pero que exigen el establecimiento de normas en torno a la responsabilidad de la implementación de la IA para garantizar su adecuado uso.
Es una asociación, no una guerra
La IA no supone el establecimiento de una guerra de humanos contra máquinas. Usada para el bien, necesitamos ver la implementación de la IA como una asociación entre humanos y máquinas. Hay muchos sectores que ofrecen buenos ejemplos, como la medicina o los coches autónomos.
La IA necesita inteligencia emocional
Actualmente, la IA tiene un coeficiente intelectual alto, pero una baja nota en inteligencia emocional. La fusión de la IA y la inteligencia emocional es inevitable, ya que muchas de nuestras decisiones, tanto personales como profesionales, están impulsadas por emociones.
Por esto estamos viendo un aumento en las tecnologías relacionales y de conversación, como Amazon Alexa y chatbots. Aún así, les falta un importante componente emocional. Seguiremos pasando más tiempo con la tecnología y aunque mucha gente piense –con razón- que degrada nuestra propia humanidad y capacidad de relacionarnos, es también una oportunidad.
La mezcla de IA con inteligencia emocional mejorará nuestra tecnología y dispositivos y también fomentará una conexión más fuerte entre nosotros como personas.
En consecuencia, la IA no es una amenaza existencial. Es potencialmente un gran beneficio si damos los pasos correctos.