Aunque lejos de los países líderes, España supera la media europea en transformación digital, según el Digital Transformation Monitor, un indicador puesto en marcha por la Comisión Europea que recoge el informe Sociedad Digital en España 2019 de Fundación Telefónica.
El tejido empresarial español se encontraría en un estado incipiente y con mucha tarea por delante, dentro de un proceso auténticamente revolucionario y desconocido para el mundo de los negocios. Es una disrupción que requiere tiempo, esfuerzo y un desembolso económico considerable, además de una fuerte adaptación por parte de empleados y empresarios.
Un 38% de las empresas españolas no cuenta con un plan de transformación digital o solo ha abordado áreas concretas. Por el contrario, un 22% afirma haber implementado en su totalidad el plan de transformación digital diseñado para la empresa, según el estudio ‘Índice de Madurez Digital de las Empresas’ de Incipity e Inesdi que mide catorce indicadores clave.
Adicionalmente al plan de transformación digital, hoja de ruta necesaria para implementar con éxito las acciones encaminadas a la digitalización de los procesos empresariales, dos son los requisitos clave para desarrollar con garantías dicha transformación. El primero de ellos es el liderazgo y el soporte desde la dirección de la compañía, que supone asignar el personal con la experiencia necesaria.
Sin embargo, el 54% de las empresas declara que no cuenta con dicho plan, no lo gestiona nadie en concreto o la responsabilidad recae en alguien con perfil junior. Es decir, más de la mitad de las empresas no presta suficiente atención al liderazgo requerido para gestionar eficientemente el proceso de transformación digital.
El otro requisito clave es la asignación de un presupuesto adecuado para acometer las acciones conducentes a la transformación digital de la empresa. Y de nuevo se constata un cierto desinterés en el tejido empresarial español, ya que el 37% de las empresas declara que no tiene presupuesto asignado o que este es menor del 10% del total. La buena noticia es que este porcentaje ha bajado desde el 43% que se daba en 2017.
Conjugando todos los indicadores considerados encontramos que más del 80% de las empresas se encuentran en un grado de madurez digital entre básico e inicial. Otro 15,8 % ha alcanzado el nivel estratégico (están implementando un plan de transformación digital de forma holística e integrada, siguiendo una hoja de ruta digital), mientras que el 3,5 % restante puede considerarse que ya ha completado con éxito su transformación digital.
Obstáculos para la transformación digital
En el camino de la plena integración de las tecnologías digitales en sus procesos de negocio, las empresas encuentran una serie de obstáculos que dificultan una transformación digital exitosa.
Según IDG, la principal dificultad es la falta de suficiente presupuesto para acometer las inversiones necesarias, declarado por el 39% de las empresas, seguido de la falta de personal cualificado o con la capacitación digital adecuada (36%), la necesidad de reemplazar sistemas de información tradicionales (34%) y cuestiones relacionadas con los cambios en la cultura empresarial (33%).
Se trata, por tanto, de barreras muy relevantes que, si no son convenientemente abordadas, pueden impedir a las empresas disfrutar de las ventajas de la transformación digital.