El marketing de influencers es una tendencia al alza pese a que, ya desde sus orígenes, tuvo que lidiar con problemas evidentes. Su evolución ha traído cambios significativos en las relaciones entre las marcas y los influyentes y en la forma en la que responden los consumidores.
Uno de los obstáculos que sufre el marketing de influencers es la percepción en la mente de los consumidores sobre su autenticidad. ¿Hasta qué punto es genuina la opinión de unos influyentes que están remunerados por las marcas? Según un informe citado por Chief Marketer, más de un tercio de las personas cree que este tipo de marketing es perjudicial para la sociedad.
Así, el futuro del marketing de influencers estará determinado por estas tres tendencias:
Los influencers “virtuales”
Empiezan a surgir influencers que no son reales, como Lil Miquela, modelo de 19 años de edad que ha sido creada por inteligencia artificial. No parece precisamente un ejercicio de la transparencia que demandan los consumidores, pero irónicamente, el hecho de no ser real le confiere una honestidad e integridad que no tienen las personas reales.
¿Necesita entonces el marketing de influencers esta realidad virtual? Estos influencers virtuales son un ejercicio para reflejar el vacío emocional de la sociedad influyente y la superficialidad de un método de comunicación que reduce todo el lenguaje a imágenes y frases comunes.
El poder de influencia de la realidad virtual resalta lo absurdo del actual modelo de influencia, haciendo atractivo y “honesto” esta forma de influencia con personas no reales.
Más allá de los Influencers
El mundo de la influencia va más allá de los productos y servicios que ofrecen las marcas. Cada vez son más los consumidores que esperan de marcas y negocios un posicionamiento en las diferentes causas sociales.
La campaña Just Do It de Nike, en la que participaron Colin Kaepernick o Serena Williams a propósito de la violencia policial contra la población negra es prueba de ello. Implicó a la marca mucho más allá de sus productos.
De hecho, la influencia se ha convertido en algo más que una herramienta de marketing: es un instrumento que sirve para dar forma a la cultura y para significarse de manera ética. Según el informe Changemaker de Chief Marketer, dos tercios de la gente tienden a confiar más en las marcas que los gobiernos y los medios de comunicación.
Esto implica que los consumidores con visión de futuro están más influenciados por las marcas que los propios influencers y está tendencia aumentará en el futuro.
Inclusión y diversidad
Una de las exigencias actuales es que marcas e influencers sean auténticos. Las personas que lideran los cambios esperan integridad en todas las acciones de las marcas y negocios. Las empresas e infuencers deben ser capaces de generar un mensaje que muestre inclusión y diversidad.
La integridad es un valor para las marcas que buscan tener un impacto social; para ello deberán asociarse con influencers que posean un talento virtuoso.