La crisis del coronavirus trae unas consecuencias económicas todavía impredecibles pero con seguridad pesarosas: una profunda recesión y un paro galopante, especialmente en España. Sin embargo, todo el mundo espera que la “nueva normalidad” aporte los primeros brotes de recuperación. Lo que sí trae es unas nuevas tendencias de consumo que tendrán que ser adoptadas por marcas y negocios.
Un informe de Forrester, ‘The Myth of a World After: A European Recovery Perspective‘, analiza el comportamiento de los consumidores en este nuevo escenario y aventura algunas claves para el futuro próximo
Las marcas con valores siguen en el foco del consumidor
En los últimos tiempos, los consumidores se mostraban más concernidos por el desempeño ético de las empresas. Las love brands se estaban transformando en marcas concienciadas. Casi dos de cada tres consumidores quería que las marcas se significaran en cuestiones políticas o sociales que les afectaban.
Esta concienciación era especialmente relevante para el público millennial: el 61% se mostraba dispuesto a pagar más por productos sostenibles y ecológicos. ¿Y con la crisis del coronavirus? Según Forrester, los consumidores son aún más propensos a querer que las marcas se alineen con sus valores.
Así, el 38% de los consumidores es más propenso a elegir marcas que se comprometen a reducir su impacto en el medio ambiente, mientras que el 43% se centrará en las marcas que demuestren que tratan bien a los empleados.
Sin embargo, el precio acabará desplazando a los valores si la recesión se agudiza, según establece el informe de Forrester. Esa tendencia se muestra más claramente entre el consumidor mediterráneo, que también es el más afectado por la crisis: el 56% de los italianos y el 54% de los españoles son más propensos a elegir marcas que ofrecen productos más baratos que antes de la pandemia.
Un consumidor más digital
Otros informes ya apuntaban que la crisis del coronavirus dispararía la transformación digital. Forrester revela que el 30% de los consumidores italianos y españoles son ahora más propensos a conectarse digitalmente con las marcas, unos porcentajes más elevados que el 21% de los consumidores del Reino Unido y el 19% de los compradores en Francia.
La facturación del ecommerce crecerá un 18% en los grandes países de Europa. El comercio electrónico, cada vez más frecuente entre el consumidor, ha vivido un mayor crecimiento todavía debido a una pandemia que obliga a la gente a permanecer en sus casas.
Las grandes marcas digitales, especialmente Amazon, son las que están emergiendo con mayor fuerza durante esta crisis. Las empresas españolas, aunque no se encuentran especialmente rezagadas en digitalización, todavía deben hacer un esfuerzo importante. El 38% de las compañías españolas no contaba con un plan de transformación digital, según mostraba el informe Sociedad Digital en España 2020.
Esta exigencia es aún mayor para autónomos y pequeños negocios si quieren competir con los grandes del sector, algo que les obligará a contar con las mejores herramientas para la transformación digital, con una buena página web y la mejor solución para sus comunicaciones.
La confianza, clave para la recuperación en la “nueva normalidad”
¿Cómo convencer a un consumidor para que se lance a consumir en medio de una feroz recesión económica? Tan sólo el 25% de los franceses, el 26% de los británicos y el 30% de los españoles confían en que las empresas cumplan lo que dicen que van a hacer, según Forrester.
La desconfianza manda en un escenario en el que el empleo sufre la mayor amenaza de las últimas décadas. La transparencia va a ser un valor fundamental y aquí pueden ganar enteros los autónomos y pequeños negocios, con su mayor cercanía al consumidor y su mejor disponibilidad a ofrecer servicios personalizados.