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La recuperación económica podría tardar más de un año en empezar, según los empresarios familiares

Los datos económicos que se van conociendo auguran una crisis económica sin precedentes. Este jueves, se conoció que el PIB español se desplomó un 5,2% en el primer trimestre respecto al trimestre anterior, una caída histórica. Dos días antes, el dato de paro trimestral de la EPA no fue menos halagüeño, siendo calificado de “terrible” por los autónomos.

Unas cifras demoledoras pese a que la caída de la actividad sólo se produjo en la segunda quincena de marzo. Con abril en similares circunstancias, el futuro se presenta cubierto de sombras. Las dudas se alargan cuando apenas han comenzado las fases de la desescalada o desconfinamiento. ¿Cuándo podrá llegar la recuperación económica?

En un reciente evento virtual organizado por las asociaciones de Empresa Familiar de Cantabria (ACEFAM), de Castilla y León (EFCL) y Madrid (ADEFAM), se apuntó a mediados o incluso finales de 2021 cuando se situará el punto de inflexión en el que se superará la crisis económica provocada por el Covid-19.

Clemente González Soler, fundador, propietario y presidente ejecutivo de Grupo Alibérico, presidente de IFEMA, destacó que “será difícil la recuperación en V; más me inclino a pensar que estaremos ante un repunte en forma de U”.

Para el empresario, los sectores que saldrán menos perjudicados de la crisis serán los de la agricultura y la industria; otros como el automóvil, la hostelería o el comercio tardarán entre 6 y doce meses en recobrar el crecimiento, y los más afectados serán el turismo y el transporte aéreo.

También César Pontvianne, consejero delegado de Plásticos Durex y presidente de Empresa Familiar de Castilla y León, consideró que saldremos de la crisis en forma de U larga, esperándose que se retome el crecimiento a finales del año que viene.

Respeto al sector de la automoción al que pertenece su empresa, señaló que la situación va a ser muy complicada especialmente en España, dado que, aunque somos el segundo país fabricante de Europa, no disponemos de ninguna marca propia y habrá una tendencia a nacionalizar la producción.

Para los empresarios resulta difícil hacer pronósticos sobre el desarrollo y recuperación de la actividad económica debido a las inéditas características de esta crisis.

En este sentido, Clemente González señaló:

Estamos ante una guerra mundial biológica y no tenemos experiencia ni sabemos cuantificar el impacto que va a tener a nivel global y en cada una de nuestras organizaciones.

 

Innovación y adaptación, palancas de la recuperación

Las soluciones pasan por la innovación, la adaptación y el saber reinventarse “para satisfacer a un consumidor que está cambiando sus hábitos.

César Pontvianne destacó el papel protagonista que la empresa familiar va a tener en la salida de la crisis, que, en su opinión, va a suponer un refuerzo al modelo que representan este tipo de compañías:

Si alguien va a poder sacar esto adelante y va a poder asumir ciertos costes laborales que en otras empresas no se van a asumir porque solo representan un número, esas van a ser las empresas familiares.

Además, explicó que la racionalización del cash-flow, la adopción de medidas de protección para los trabajadores, el impulso al teletrabajo y la potenciación de la comunicación tanto interna como hacia los clientes y proveedores han sido las claves para afrontar el coronavirus en su empresa.

Por su parte, Juan Parés, presidente y consejero delegado del Grupo Textil Santanderina hizo un especial hincapié en el valor de las personas para remontar la crisis y propiciar la recuperación.

Más comunicación digital y teletrabajo tras la pandemia

El mundo que salga de esta crisis será también bastante diferente al que hasta ahora hemos conocido. Clemente González Soler aseguró que habrá dos áreas de cambio:

Por un lado, las personas viajarán menos y en las empresas se potenciará la comunicación digital y el teletrabajo; por otro, pasaremos de un mundo global a otro más local. Hasta ahora habíamos pensado que China sería la fábrica del mundo, y veremos cómo todas las Comunidades Autónomas querrán tener ahora su propio tejido productivo implantado en sus territorios.

Sobre este aspecto, Juan Parés expresó su esperanza de que la experiencia del Covid-19 les sirva a todas las empresas para aprender que los negocios deben ser “más humanos.

El altruismo que estamos viendo como reacción a la crisis nos conduce a “entender de otra manera las relaciones globales en cuanto a cooperación”. En este punto el empresario cántabro se mostró también muy preocupado por la aparente relajación que se está viviendo en la lucha para frenar el cambio climático, un “problema claro” de consecuencias mucho más graves que la pandemia de Covid-19.