La crisis provocada por la pandemia del Covid-19 ha afectado a España tanto en el terreno sanitario como en el económico. La pandemia transformará de forma radical muchos de nuestros hábitos y costumbres. Pero la crisis supone también una oportunidad que debe servir, no sólo para reconstruir el tejido económico destruido, sino para “salir de ella con un modelo productivo más sólido, competitivo y sostenible”, como apunta el informe ‘Transformación del modelo productivo español’ del Círculo de Empresarios.
El nuevo escenario post-Covid alumbrará una sociedad preocupada por la salud, con un mayor esfuerzo público y privado en fortalecer el sistema sanitario y la investigación. La necesidad de mantener el llamado “distanciamiento social” se reflejará en un incremento del teletrabajo en las empresas y en el surgimiento de un nuevo consumidor más digital.
Pero también se incrementarán las tensiones proteccionistas y nacionalistas, advierte el informe del Círculo, ya surgidas antes de la pandemia. Las empresas, en todo caso, tenderán a más resilientes sus cadenas de suministro en el comercio internacional.
La crisis ha mostrado la debilidad del modelo económico español, especialmente vulnerable a shocks externos como el sufrido en la actualidad. Es el momento de transformar el modelo productivo “para lograr un crecimiento sostenible, una mayor competitividad y una mayor resiliencia”.
Así, el Círculo identifica 14 prioridades para cambiar nuestro modelo económico: siete dedicadas al crecimiento sostenible y otras siete a garantizar la resiliencia de nuestra economía.
Prioridades para impulsar el crecimiento sostenible
Favorecer la innovación, el emprendimiento y el aumento de tamaño de las empresas españolas:
Aumentar la inversión pública y privada en I+D+i, fomentar la cultura del emprendimiento e impulsar la creación de ecosistemas de startups son cruciales para una mayor innovación en nuestro país.
También es necesario que las empresas españolas alcancen mayor escala, de forma que sean más competitivas y puedan internacionalizarse. Sólo así conseguiremos crear empresas líderes mundiales.
Impulsar la inversión en tecnología y digitalización
La transformación tecnológica de los procesos productivos es esencial de cara a mejorar su eficiencia, aumentar la productividad de nuestras empresas y desarrollar soluciones innovadoras de mayor valor añadido.
Liderar la lucha contra el cambio climático
Apostar por la sostenibilidad, impulsando las energías renovables, la eficiencia energética y la economía circular.
Esta apuesta por la sostenibilidad no sólo nos permitirá reducir nuestra huella ambiental, sino que generará importantes oportunidades de negocio para nuestras empresas, incentivará la creación de empleo y dotará a nuestro país de mayor independencia energética.
Reforzar el valor añadido de nuestra industria
Habrá que apostar por el desarrollo de la tecnología, aprovechando las oportunidades derivadas del cambio de flujos en el comercio internacional y abordando de forma inteligente la creciente apuesta por la internalización de costes ambientales.
Desarrollar nuevos modelos de turismo para mantener nuestro liderazgo global
España tiene la oportunidad de posicionarse como ejemplo a seguir en la recuperación del sector, garantizando la seguridad de los viajeros a corto plazo y, a medio plazo, apostando por un turismo de mayor calidad y variedad de oferta.
El desarrollo de nuevos modelos de turismo nacional no sólo nos permitirá potenciar el atractivo de nuestra oferta, sino que también nos permitirá continuar impulsando la exportación del conocimiento, la tecnología y la experiencia española.
Transformar las actividades de distribución y logística
El objetivo es capitalizar los cambios en los hábitos del consumidor y las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Debemos impulsar la transformación digital de la pequeña y mediana empresa y desarrollar capacidades logísticas punteras que nos permitan adaptarnos al auge del comercio electrónico.
Liderar la transición hacia la nueva movilidad
El imperativo de la sostenibilidad y la revolución tecnológica han abierto nuevos horizontes para la movilidad urbana e interurbana. España puede aprovechar su posicionamiento para liderar esta transformación en tres áreas: la industria automovilística, las infraestructuras y el desarrollo de nuevos combustibles sostenibles.
Prioridades para garantizar la resiliencia de nuestro modelo productivo
Mejorar nuestras capacidades de anticipación
Todo esto orientado para preparar nuestra economía para una respuesta rápida ante escenarios imprevistos, invirtiendo en planificación y elaboración de planes de contingencia, desarrollando capacidades de monitorización de señales débiles y mejorando la colaboración entre Administraciones Públicas y con el sector privado.
Aumentar la resiliencia de nuestro sector sanitario y potenciar nuestras capacidades en salud y sanidad
El objetivo es poder hacer frente a futuras crisis. Para ello, es necesario rediseñar las infraestructuras sanitarias y revisar su modelo operativo, convirtiéndolo en uno que aproveche la tecnología para dar una atención personalizada y digital a los pacientes.
Además, resulta fundamental una mayor coordinación internacional y la colaboración público-privada para anticipar las crisis y darles una respuesta adecuada.
Reforzar nuestro sistema educativo
La intención es poder garantizar su continuidad en caso de verse interrumpida la docencia presencial por situaciones excepcionales y adaptarlo a las necesidades del futuro.
Con el fin de eliminar la brecha entre las capacidades profesionales y las necesidades del mercado laboral, el nuevo modelo educativo debe fomentar el desarrollo de perfiles científicos y tecnológicos y formar en el aprendizaje continuo, necesario a lo largo de toda la carrera profesional.
Mantener un nivel de deuda pública saneado y estable
España debe implantar políticas de consolidación fiscal, acompañadas de reformas estructurales dirigidas a mejorar la competitividad de nuestro país.
En este sentido, España debería evitar el recurso a una mayor presión fiscal sobre las empresas para aumentar sus ingresos, centrando sus esfuerzos en reducir el gasto operativo improductivo a medio plazo y en utilizar la deuda para financiar inversiones. En el ámbito corporativo, las empresas españolas también deben esforzarse por reducir sus niveles de deuda y reforzar su posición financiera.
Aumentar la resiliencia de las cadenas de suministro de forma transversal
Algo que debe ser especialmente importante en aquellos sectores más críticos, para garantizar la disponibilidad de bienes esenciales ante la irrupción de riesgos inesperados.
El COVID-19 ha puesto en evidencia la fragilidad de algunas de nuestras cadenas de suministro, provocando escasez de productos básicos como los equipos de protección individual.
Crear un entorno de negocios que favorezca la actividad económica y atraiga capital extranjero
Esta es una prioridad que se juzga como elemento indispensable para que haya inversión pública y privada que dinamice la economía. El sector público debe garantizar un entorno normativo sencillo, armonizado y estable para dotar de seguridad jurídica a quienes decidan invertir.
Este marco jurídico debe mejorar la actual flexibilidad laboral, que se ha probado clave para proteger el mercado laboral ante cambios del entorno económico.
Impulsar y consolidar modelos de colaboración público-privada
El sector público debe apoyarse en el sector privado para hacer frente a algunos de los mayores retos a los que se enfrenta: la recuperación económica y anticipación de futuras crisis, la financiación de las infraestructuras públicas necesarias o la digitalización de las Administraciones Públicas.
No obstante, la colaboración público-privada no ha de limitarse a un grupo de sectores u ocasiones aisladas, sino que es fundamental desarrollar una cultura de colaboración continua que fomente la creación de objetivos comunes y la confianza mutua.