La palabra freelance proviene del término medieval inglés usado para un mercenario (free: independiente y lance: lanza). Eran aquellos caballeros que no dependían de las órdenes de ningún señor pero sus servicios podían ser alquilados por cualquiera.
Por lo tanto, la palabra “libertad” aparentemente juega a nuestro favor, pero ¿es del todo cierto?
En cierta forma sí, ya que somos emprendedores con herramientas propias (nuestra lanza) y que no dependemos de ningún jefe. Pero también tenemos nuestras dificultades, no todo son ventajas. Así que hoy, en el día mundial de la libertad, queremos hacer un resumen de las ventajas y desventajas que tiene el ser freelance, así como las plataformas que nos pueden ayudar para que las desventajas no sean tales:
Desventajas del freelance
Dificultad para encontrar clientes: dependemos de nosotros mismos para dar con los clientes potenciales y conseguir que contraten nuestros servicios. Muchas veces no se dispone de los recursos necesarios, tanto económicos como de conocimiento o tiempo disponible, para poner en marcha campañas que nos promocionen, bien sea de manera offline como la presencia en internet.
No disponer de vacaciones pagadas: esta es sin duda una de las grandes desventajas. Conseguir irte de vacaciones sin tener remordimiento de conciencia y tener la sensación de que estás tirando el dinero a la basura, es misión imposible.
Se necesita ser muy disciplinado y organizado: si no se cuenta con estas capacidades, te va a resultar muy difícil y frustrante llegar a tus objetivos.
No tener garantizados unos ingresos fijos: la incertidumbre económica es algo que hay que gestionar y no es sencillo.
Ventajas del freelance
No tener jefe: tú defines lo que está bien o lo que está mal. Puedes utilizar tu propio criterio para orientar tu negocio, lo que te hará tener la motivación necesaria para estar al día de las tendencias del mercado sin caer en la rutina de tareas repetitivas. Además, te librarás de que tu jefe la pague contigo si tiene un mal día.
Más control sobre tu salario: tú decides si prefieres cobrar por proyecto, por horas, toda la jornada, media jornada…¡no tienes que darle explicaciones a nadie!. Vale, quizá no tengas un sueldo mínimo garantizado, pero…tampoco tienes un límite de ingresos, puedes llegar a ganar mucho.
Flexibilidad horaria: Por qué vas a levantarte súper temprano y obligarte a hacer un número de horas determinado si lo importante es que cumplas tus propios objetivos. Tú estableces tus horarios y tú mejor que nadie sabe cuánto va a tardar en realizar una tarea. Y si la terminas antes de tiempo por ser productivo, no tienes porque estar anclado a una oficina hasta que se termine tu jornada.
Trabajo remoto: Si tienes la suerte de que tus servicios pueden ser ofrecidos por internet, no hay mayor delicia que levantarte y no tener que salir de casa a rascar el hielo del cristal del coche. Por no hablar de la posibilidad de trabajar desde cualquier parte del mundo ¿te imaginas salir de trabajar y poder darte un paseo por tu ciudad favorita?
Así que, no está mal del todo ¿verdad? Como colofón final, plataformas como StarOfService, Freelancer, Upwork o Twago son perfectas para ayudarte a afrontar esas dificultades ayudándote a aumentar tu cartera de clientes y dándote mayor visibilidad.