Es probable que hayan visto Forrest Gump, la extraordinaria película de Robert Zemeckis protagonizada por Ton Hanks. Una de sus frases más famosas es: “tonto es aquel que hace tonterías”, pues bien, vamos a hacer un repaso por los tontos y las tonterías que se hacen en la actual transformación digital, dicho con la inocencia de Forrest, ¡por supuesto!
¿Usar mucho el smartphone o la Tablet es saber de TIC? No, ni mucho menos. Usted puede pasarse el día mandando mensajes por WhatsApp, Messenger de Facebook y tuiteando, o viendo vídeos de estupideces en Instagram o en Youtube, pero… ¿sabe usar el móvil para conectarse a la nube de la empresa?, por ejemplo, ¿a Google Drive porque le han enviado un documento?, ¿trabajar en una hoja de Excel compartida desde la tablet con varios compañeros?, ¿usar Instagram como empresa y obtener todos los beneficios de esta red social? La lista es interminable.
Es decir, si se encuentra entre el primer grupo de personas está haciendo tonterías, cosa que como es lógico puede hacer. Cuidado que no es lo mismo hacer tonterías que divertirse. Para eso ya están los videos juegos, los eSports y muchas formas de diversión digital y analógica. Si está entre los segundos, va bien, está por el camino de la transformación digital y el empoderamiento que la va a otorgar la misma.
Si bien es cierto que las estadísticas no nos sitúan mal con respecto a la media de los países de la OCDE, queda mucho por hacer. Esto, en cierto modo no deja de ser una paradoja cuando la información y la formación nunca han estado tan accesibles y tan baratas, pero a la vez tan contaminadas de infoxicación, de malos profesionales en la cadena de proveedores digitales o de cursos mal planteados desde las instituciones, entre otras causas.
Afortunadamente, sistemas como los MOOC, nacidos dentro de la red, están paliando estas carencias que la formación oficial ni ha sabido ni sabrá solucionar. Es más, está camino de lo que yo llamo el Cementerio de la Cosas Muertas y Olvidadas.
La ignorancia lleva a la tecnofobia
Gran parte de los miedos que existen y que conducen a esta situación es la ignorancia a las nuevas tecnologías que solo provoca una cosa: miedo, que como ustedes saben y habrán experimentado alguna vez en su vida es malo ya que suele tener una base irracional que no somos capaces de controlar.
Miedo a ignorar los avances que nos rodean siguiendo una estrategia similar a la del avestruz cuando esconde su cabeza y considera que de este modo está a salvo. En este sentido se encontrarían ejemplos como: “yo no necesito una página web porque soy un pequeño comercio”, “mi tienda solo es física y no necesita ningún tipo de digitalización” o «la impresión en 3D no me va a influir nunca”.
Otra de los fenómenos que abundan es el miedo a no mejorar, por lo que se mantienen aquellos soportes digitales que se tienen aunque sean malos y/o no se usen. En la época en la que estamos viviendo la adaptación al cambio debe de ser constante, no hacerlo o resistirse es perder oportunidades. ¿Qué quiere decir esto? Pues que si usted tiene una página web de hace cinco años, por ejemplo, y no la ha mejorado, lo que tiene es una reliquia de museo y ya no le sirve de nada. ¡Dónela al más cercano!
No vive en la realidad, se ha quedado desfasado y ya tarda en renovarla. Pero si su web o tienda online tiene un año no piense que no debe hacer nada. Tendrá que comprobar el SEO, si cumple o no los objetivos fijados (suponiendo que los tenga, claro), comprobar los datos de Google Analytics para mejorar su site de forma constante, etc.
Si abrió Twitter y no lo usa, o lo hace de forma incorrecta ciérrelo. Es como tener los escaparates de una tienda física sucios, su imagen se está degradando ante unos consumidores que cada día son más exigentes. Donde he puesto Twitter vale cualquier red social como es obvio. ¡Ah! Y si no sabe usar Instagram o Facebook de un modo profesional, u otra red social, no sea tan ignorante de hacerlo. Déjelo que lo hagan profesionales, con un plan y unos objetivos claros. Usted sabe de su negocio, no de social media, ¡téngalo claro!
El otro gran miedo es la formación en las nuevas tecnologías, aunque esta fobia tiene varios frentes. En la actualidad existen miles de cursos de formación en esta materia contemplada de una manera amplia, desde iniciación a las redes sociales hasta la complejidad del Big Data. Es cierto, según mi experiencia, que los jóvenes que tienen interés por esta rama del conocimiento se forman sin problema, siempre que tengan un nivel de estudios adecuados, ya que hay una franja (los famosos NINIS) que se están quedando fuera de las nuevas tecnologías.
Una cosa es andar con el móvil a todas las horas y tener una cuenta en Instagram, y otra muy diferente saber, por ejemplo, usar la nube con soltura, compartir archivos o cuestiones básicas de seguridad, ¿verdad chicas con 20.000 o 30.000 seguidores en la red citada? Dicho sea de paso, si sus padres vieran cómo exponen sus vástagos, en especial sus hijas, su privacidad en internet, infartarían con casi toda probabilidad.
La necesidad de autónomos y pymes de adaptarse al cambio
Otro grupo de población es aquel que tiene una Pyme, es autónomo o dirige una empresa y este cambio le ha llegado talludito. Pese a la gran cantidad de oferta formativa pensada para ellos desde instituciones y asociaciones profesionales, tanto presencial como online en los últimos diez años (como mínimo), lo más habitual es encontrar respuestas similares a estas: “apenas sé de nuevas tecnologías”, “no me gusta internet, lo uso por obligación”, “tengo Facebook pero no lo utilizo”, “uso el correo y poco más”, etc. Si se pregunta por la nube miran al cielo, e interrogados por el Big Data ponen cara de pez. No son datos estadísticos, pero 10 años dando clases y en este mundo digital me aportan esta experiencia, y algo me dice que no es ajena a otras personas en mi situación.
¿Por qué estas personas con formación no son capaces de asimilar conceptos básicos? Considero, en primer lugar, que la gran mayoría no visualiza el cambio de época que estamos viviendo, que piensan que las TIC son una mejora del proceso productivo, cuando es mucho más. El siguiente ejemplo lo ilustra bien y pido disculpas por la autocita. Recientemente un arquitecto, preocupado por la larga crisis del sector me preguntó qué podía hacer. Le respondí que se interesara por el 3D, que buscará información en Youtube y que visitará la exposición que la Fundación Telefónica tiene en la actualidad, aunque sea por medio de la web. Para mi asombro su contestación fue que ya diseñaban en tres dimensiones hacía muchos años, ante lo cual le tuve que aclarar que me refería a construir casas con impresoras en 3D. No le interesó. Una pena.
Doy por hecho que existe una evidente falta de interés entre parte de este colectivo de directivos. El que no quiere aprender ni avanzar con los tiempos allá él, pero esto no es un deporte. Las nuevas tecnologías están transformando todo y el que no esté al día será un ignorante digital y se quedará en la brecha de los tontos, de los que citaba Forrest Gump.
En la base por no formarse vuelve a estar el miedo a lo desconocido, a la sensación de que las TIC le superan a usted, que no las va a entender ni a saber qué hacer con ellas, ni cómo rentabilizarlas, por ejemplo. Pero piense, ¿alguien le ha dicho que tiene que saber de todas? No, ya se lo digo yo. Tiene que saber de aquello que le sea útil y le aporte conocimiento. Haciendo un paralelismo es como con el carnet de conducir. ¿Usted tiene los que necesita o todos? Me imagino que solo los que le son útiles, no creo que se gastará el dinero en el carnet de camión si no tenía. Pues lo mismo con las TIC, y sin miedo. ¡Son más fáciles de lo que parecen!