El emprendimiento está de moda. Es algo que nos confirma el informe de Global Entrepreneurship Monitor GEM 2017-2018, que concluye que el emprendimiento crece en todo el mundo. Este estudio también señala que los mejores entornos para emprender son los países con altos niveles de desarrollo económico. Pero más allá de un ecosistema amigable, ¿qué se necesita para ser emprendedor?
Coincidiendo con el Día Mundial del Emprendimiento, que se celebra este 16 de abril, Fundación Telefónica y Telefónica Open Future_, han elaborado el “Decálogo del buen emprendedor”, que se resume en los siguientes puntos:
- Capacidad de ejecución: es necesario contar con un ADN marcado por la capacidad de liderazgo, de transformar lo necesario, motivando a los demás desde la ejemplaridad y a través de la gestión de las emociones.
- Perseverancia: Ser constante y tener una meta clara para lograr el objetivo.
- Mentalidad positiva: Ser positivo y feliz ante los proyectos aumenta las posibilidades de éxito.
- Creatividad e innovación: la capacidad de imaginar el futuro, innovar y aportar toma cada vez más valor.
- Poner ilusión en los proyectos que llevamos a cabo.
- Estabilidad emocional y resilencia: se tratan de habilidades que cobran cada vez más importancia por la situación de constante cambio e incertidumbre en el que nos encontramos. Es la capacidad de asumir el fracaso y reponerse rápidamente del mismo.
- Flexibilidad y adaptación al cambio: en un mercado cambiante y en el que las empresas gestionan nuevos proyectos continuamente, es importante que el trabajador sea capaz de adaptarse a cada contexto y situación.
- Trabajo en equipo: ser capaz de poner en común recursos, conocimientos, opiniones, ideas, soluciones… hace que aumenten las posibilidades de éxito. Las empresas promueven formas de trabajo cada vez más colaborativas porque son conscientes de las ventajas del trabajo en equipo para la resolución de problemas.
- Hay que monetizar la idea: con el objetivo desde el principio de que el negocio sea rentable.
- Visión global. la globalización hace que se trabaje con profesionales de muchos países y con distintos idiomas. Y que se diseñe el proyecto desde el origen con una intencionalidad global lo que garantizará su supervivencia a largo plazo.
El citado informe de Global Enterprenuership Monitor GEM señalaba que las iniciativas emprendedores tienen el mejor caldo de cultivo en los países desarrollados gracias al mayor número oportunidades y mayores índices de innovación y de perspectivas de creación de empleo. También destaca que el grado de innovación que se da cuando una iniciativa emprendedora ofrece un producto o servicio nuevo para el mercado es también más elevado en economías desarrolladas como Canadá (43%), Estados unidos (36%) o Francia (48%).
En Europa, según las conclusiones del informe Status Quo de las Startups y el Venture Capital Tech en España: Una visión del 2010-2017, elaborado por Manuel Matés, Reino Unido, Francia, Alemania y España son los principales países por volumen de inversión en startups. En España, Barcelona y Madrid concentran el 85% de la inversión y el 77% de las operaciones de inversión.