La privacidad es un aspecto clave para los usuarios. Por ese motivo, el informe Sociedad de la Información en España 2016 repitió la prueba de campo que se realizó en 2015 entre la población española sobre las actitudes ante la seguridad y la privacidad y se ha ampliado con nuevas preguntas.
Lo primero que se observa es que la importancia que los usuarios dan a la privacidad continúa en los mismos niveles que el año pasado; así, al 80,3% de la población le preocupa la privacidad (la valoran con 7 o más en una escala de 1 a 10) y el 87,9%, 2,7 puntos porcentuales más que hace un año, considera que debería ser posible identificar y borrar los datos personales en Internet. Los usuarios consideran de esta manera que sus datos les pertenecen a ellos y no a las empresas o los servicios que ofrecen el servicio en Internet.
Con respecto al tipo de información que consideran que debe ser protegida, los datos personales ocupan la primera posición con el 82,2%, 1,2 puntos porcentuales menos que el año anterior, seguidos de fotografías y vídeos personales con un 77,9%, 0,9 puntos porcentuales menos que un año antes. Se observa también como el 67,9% de los internautas consideran que el historial de navegación es también parte de su privacidad y el 67% el historial de búsquedas. Aunque en general los datos son bastante coincidentes con los del año pasado, hay un cierto incremento, 2,9 puntos porcentuales, de la conciencia de que el historial de navegación también se trata de información personal y debe ser protegido.
Se observa que en todos los casos las mujeres están más preocupadas por los temas relacionados con la privacidad con diferencias en torno a 10 puntos porcentuales; por ejemplo, el 88,5% de las mujeres están preocupadas por la privacidad frente al 75% de los hombres. En la mayoría de los casos el segmento de los más jóvenes, aquellos de edades comprendidas entre los catorce y los diecinueve años, muestra una mayor sensibilidad hacia este tema. Por ejemplo, la privacidad es importante para el 88% de los internautas de este segmento de edad, lo que es contrario a la idea bastante extendida de que a los jóvenes no les importa la e-privacy.
Los internautas, poco dispuestos a renunciar a su privacidad
Esta importancia de la privacidad hace que sean muy pocas las excepciones por las que un usuario está dispuesto a renunciar a ella. Por ejemplo, solo el 17,4% estaría dispuesto a que la Administración pública acceda a sus datos de Internet, con porcentajes muy parecidos para todos los segmentos. En el caso de la policía, los usuarios ven más aceptable que acceda a sus datos personales, pero no llegan a la mitad los que lo aceptarían, en concreto el 41,9%. Son las mujeres las que tienen mayor tendencia a consentir que la policía acceda a sus datos, pues un 43,4% sí lo aceptaría, y las personas de edades comprendidas entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cuatro años, con un 49,6%. En el otro extremo, las personas mayores de sesenta y cinco años son las más reacias a permitir tanto que las Administraciones públicas como los cuerpos de seguridad accedan a sus datos de Internet y tan solo un 8,6% y un 38,3% respectivamente lo permitirían.
Poco más de un tercio de los internautas lee las cláusulas de privacidad de las aplicaciones que instalan en su ordenador (37,3%) y en el smartphone (también con un 37,3%). Este dato viene a complementar el hecho de que la mayoría de los usuarios, en concreto un 68%, confía en la Ley de Protección de Datos para garantizar que la información personal no se use sin su consentimiento.
Los usuarios muestran así una cierta confianza en los mecanismos actuales de control de privacidad. No obstante, se muestran muy críticos con aquellos que defrauden esta confianza y el 83,1% expresa que dejaría de utilizar un servicio determinado si este no sigue las normas de control de la privacidad. Además, el 58,4% de los internautas dan una calificación de 10 en una escala del 1 al 10 en esta cuestión. En el caso de las mujeres, el porcentaje que dejaría de utilizar un servicio por este motivo sube hasta el 87,8%, un porcentaje casi igual que en el segmento de edades comprendidas entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cuatro años, siendo en ambos casos el porcentaje que lo valora con un 10 del 62,1% y 63,5%, respectivamente.
Estos datos muestran claramente que los usuarios tienden a confiar en que las aplicaciones y los servicios están protegiendo su privacidad. No obstante, si por algún motivo el usuario descubre que se ha traicionado esta confianza, inmediatamente pierden la confianza y dejarán de utilizar el servicio. En un momento crucial como en el que nos encontramos actualmente, nuevas tendencias tecnológicas como el Internet de las Cosas, los asistentes virtuales o el Big Data prometen cambiar los paradigmas en la utilización de las tecnologías, pero también suponen un desafío para la privacidad. Ante esta situación y a la vista de los resultados mostrados, un modelo de gestión de la privacidad que favorezca la confianza de los usuarios es fundamental para que estos servicios se desarrollen adecuadamente.