Más de la mitad de los españoles afirma que su economía le permite un capricho de vez en cuando. Y cuando sucede, cuatro de cada diez ya lo hacen a través de Internet, tal como concluye el informe “Changing Consumer Prosperity” de Nielsen.
Eso sí, es una compra online local, a una tienda que se encuentra en suelo español. En cambio, un 21% declara que lo hace en una tienda online extranjera. En países como India o Turquía, sin embargo, hasta seis de cada diez consumidores compran estos productos por Internet.
Y es que si bien lo habitual es que un producto premium se adquiera en la tienda física (un 74% así lo hace), el canal online va adquiriendo cada vez mayor peso con el impacto que ello conlleva pues, en el caso de la alimentación, por ejemplo, es frecuente que el ticket sea mayor que la compra habitual en el punto de venta físico.
La compra Premium, por recomendación
Vista la predisposición de los consumidores para adquirir productos con un valor añadido, lo cierto es que la mejor “publicidad” que podrían recibir es la recomendación de familiares y amigos. Cuatro de cada diez han probado un producto nuevo Premium gracias a su entorno más íntimo.
No obstante, también funciona la propia investigación, como hace una tercera parte de los consumidores, mientras que un 24% lo hizo por impulso. La publicidad, ya sea en televisión u online, funcionó para un 22%.
Sin embargo, un artículo Premium no es elegido por el consumidor así porque así. Para un 40%, ese plus de precio tiene que estar asociado a que el producto aporte un beneficio superior al del resto de la categoría, mientras que para un 37% es cuestión de presentar unos estándares de calidad altos. Asimismo, para uno de cada tres lo importante es que ofrezca algo que no ofrece ningún otro en el mercado. Y es que la diferenciación se paga y con el beneplácito del consumidor. En cambio, lo que menos mueve es el origen del producto, sólo a un 17%.
¿Qué compramos más Premium?
En un país tan amante de la tecnología, con más móviles que personas, no podía ser de otro modo que el producto por el cual los españoles estén dispuestos a hacer un mayor esfuerzo económico sea la tecnología, tal como afirma un 34%, que se desvive por hacerse con lo último en móviles, tabletas u ordenadores.
El gran consumo también tiene un lado gourmet al que el consumidor está dispuesto a abordar. Una carne o pescado de primera sería el primer producto de alimentación por el cual el consumidor pagaría más por llevárselo a casa. Un 32% así lo afirma.
Según Ricardo Alcón, NBD de Nielsen:
Si convirtiéramos en Premium la cesta de la compra, además de una buena carne o pescado, también incluiríamos una bebida alcohólica de primer nivel y también alimentación para mascotas, un dato a tener en cuenta si observamos que en España hay más hogares con perro o gato al cuidado (un 35%) que con niños pequeños -menores de 12 años- (22%). De los diez productos más proclives a una compra Premium, cinco de ellos forman parte del mercado de gran consumo, lo que constata que no estamos ante una tendencia puntual, sino que ha llegado para quedarse.