La innovación en el trabajo aporta fuertes dividendos. Las empresas con una cultura innovadora son más propensas a obtener un crecimiento de dos cifras y salen como triunfadoras en la batalla por el talento (el 86% de sus empleados no se plantean cambiar de trabajo).
Ésta es una de las conclusiones de When change is the new normal, una investigación panaeuropea promovida por Microsoft, dirigida por KRC Research y supervisada por la London Business School. El estudio aborda el crecimiento de las organizaciones, el compromiso de los empleados, los estilos de liderazgo y la tecnología en la era digital.
Implantar una cultura innovadora en el trabajo supone una enorme ventaja para las organizaciones y les posiciona hacia el éxito y crecimiento, según el estudio.
Un 92% de los directivos europeos y el 96,46% de los españoles encuestados afirmó que su empresa ha experimentado una gran transformación recientemente y que el cambio de cultura empresarial se posiciona para ellos como el reto principal dentro de los procesos de transformación. Y es que, aunque la innovación avanza rápido y las decisiones de los ejecutivos pueden tomarse de forma ágil, a las personas les cuesta aceptar los cambios.
La cultura empresarial innovadora aporta el doble de posibilidades de crecer a dos cifras
Las compañías que asumen aplicar una cultura empresarial innovadora -es decir, donde las nuevas ideas se aceptan y se apoyan- tienen el doble de posibilidades de obtener un crecimiento de dos cifras.
Estas organizaciones también parecen estar en la posición adecuada para ganar lo que se suele llamar la “batalla por el talento”, pues la mayoría de su plantilla (un 86% en Europa y un 92,16% en España) no tiene pensado cambiarse de trabajo; mientras que en aquellas cuya cultura es menos innovadora, solo un 57% de los empleados afirma lo mismo -este porcentaje asciende a un 79,03% en España-.
Según comentó Vahé Torossian, vicepresidente corporativo de Microsoft, y presidente de Microsoft Western Europe:
Nuestros clientes nos cuentan a menudo que, entre sus principales inquietudes, se encuentran el ritmo de la transformación digital y la innovación.Desde nuestra propia transformación cultural interna en Microsoft en los últimos años, siempre animo a los directivos de las organizaciones a que presten tanta atención a la cultura de la empresa como a la implantación de nuevas tecnologías. Después de todo, el éxito no radica en tener la mejor tecnología, sino en cómo los líderes crean un entorno de trabajo que permite a las personas ser las mejores en ello todos los días; cómo reaccionan y se adaptan al cambio, cómo adoptan nuevas formas de trabajo, lo abiertos que están al aprendizaje y al desarrollo de nuevas habilidades, y cómo utilizan las nuevas herramientas para obtener la mayor ventaja competitiva.
Qué aprender de cómo trabajan las empresas con cultura innovadora
En el estudio se ha analizado dónde centran sus capacidades de innovación los directivos de las compañías, explorando tres aspectos diferentes: productos y servicios; operaciones comerciales y formas de trabajar. Y se ha podido comprobar que los líderes de las empresas más innovadoras ponen énfasis en cómo se trabaja.
Uno de los datos más reveladores de la investigación fue que los trabajadores indicaran que perdían hasta un 52% de sus horas más productivas (un 50% en España). Específicamente, señalan que las reuniones e hilos de correos improductivos, las interrupciones innecesarias y el tiempo que dedican a hacer seguimiento de la información, les supone una pérdida de tiempo que podrían emplear en sus tareas prioritarias.
Esta pérdida de tiempo puede reducirse a la mitad, según los resultados del estudio de Microsoft, al combinar el entorno físico adecuado, las herramientas tecnológicas y un responsable de equipo o líder que ofrezca más oportunidades para realizar las tareas de una forma que permita a los empleados dar lo mejor de sí mismos. Cuando la gente puede trabajar de esta forma, hay un triple de posibilidades de que sean felices con su trabajo.
Según señaló Vahé Torossian:
La cultura empresarial no solo depende de valores y procesos, y la mejor manera de cambiarla es modificar la forma de trabajar en equipo. Las empresas tienen una gran oportunidad de mejorar su productividad y ayudar a sus trabajadores a tener y organizar mejor el tiempo que necesitan para concentrarse y liberar todo su potencial.
¿Cómo son las culturas empresariales altamente innovadoras?
Hay tres características resaltables y que comparten las culturas empresariales altamente innovadoras:
- Los empleados pueden abordar los problemas desde nuevos ángulos y de nuevas maneras.
- Se apoya a los empleados en el desarrollo de nuevas ideas.
- Las organizaciones son flexibles para adaptarse a los cambios en sus operaciones.
Por lo tanto, si las empresas se aseguran de que ciertos empleados y equipos están preparados para abordar estos retos a su manera, podrán obtener un impacto positivo en el flujo de trabajo.
La investigación también puso de manifiesto que el 61% de los empleados – 54,62% en España- que trabajan en este estado de rendimiento óptimo afirman que pueden elegir cómo quieren trabajar; frente al 37% en Europa y el 28,20% en España que declara que trabajan en un estado de rendimiento bueno, pero que no tienen flexibilidad a la hora de elegir cómo trabajar.
Derribar silos y construir puentes
La investigación de Microsoft apunta a tres maneras en que los líderes exitosos pueden mejorar para impulsar una cultura de la innovación en sus compañías:
- No limitarse a derribar silos, sino a construir puentes.
- Capacitar a los equipos y crear una cultura de aprendizaje continuo.
- Proteger la atención y promover el flujo de trabajo.
Al preguntarles por la importancia que tenía para ellos la colaboración, tanto interna como con clientes o partners, para el crecimiento en un futuro, las diferencias entre empresas estaban claras. Un 86% afirmó que la colaboración interna entre equipos es clave para crecer, en comparación con el 72% de los directivos de empresas menos innovadoras. En España, estos datos son de un 86,27% y un 87,10%, respectivamente.
Un alto porcentaje de directivos -un 79% en Europa y un 82,35% en España –, dijo que colaborar de forma externa con sus partners es vital para el crecimiento de sus empresas, en comparación con el 54% y el 74,19% respectivamente de sus homólogos en organizaciones menos proclives a innovar. Además, la flexibilidad en cuanto a que los empleados puedan elegir cuándo y dónde quieren trabajar, así como asegurarse de que tienen la tecnología adecuada que les permita hacerlo se convierten para estos líderes empresariales en temas clave para mejorar la productividad y la satisfacción de los empleados.
Capacitar a los equipos y el desarrollo de una cultura de aprendizaje
Otro dato a resaltar es que los trabajadores de las compañías más innovadoras se sienten verdaderamente respaldados por sus directivos. De hecho, tienen el doble de posibilidades de afirmar que se sienten capacitados para tomar decisiones.
Y más aún, son más propensos a decir no sólo que su opinión se tiene en cuenta en la empresa (un 74% entre las compañías con cultura innovadora en Europa y un 80,25% en España, y un 43% y 49,88%, respectivamente, entre las de menos), sino también que “no pasa nada si cometen un error”.
Es evidente que cualquier cambio significativo en la cultura empresarial debe venir del más alto nivel de la organización. Sin embargo, una vez que la dirección está alineada, la figura de los responsables, jefes o líderes resulta fundamental para el cambio.
Como puntualizó Vahé Torossian:
En ese sentido, el hecho de asegurarse de que los líderes de las organizaciones y los responsables de equipo dentro de las mismas tienen las habilidades, así como el espacio y tiempo suficiente para llevar a cabo el cambio puede marcar una gran diferencia.
Y concluyó:
En resumen, las empresas que triunfarán el día de mañana no están pensando en estos momentos qué pueden hacer para que sus empleados sean más productivos, sino cómo pueden ayudarles a ser más innovadores.