Una de las actividades de ocio que más disfrutamos es la de ir a un restaurante a pasar un rato distendido o a disfrutar de la buena gastronomía. Normalmente, cuando acudimos a un local de nuestra elección nos fijamos en diversos elementos para calibrar si regresaremos o no: la estética, el ambiente, la calidad de la comida y la atención recibida son algunos de los más importantes pero… ¿alguna vez te has planteado lo esencial que es para un restaurante contar con un buen sistema de climatización?
Tanto la calefacción en invierno como el aire acondicionado veraniego (sin olvidarnos de un buen sistema de ventilación) son agentes imprescindibles a la hora de disfrutar de cualquier degustación los 365 días del año. Los negocios dedicados a la hostelería pueden optar por una gran cantidad de equipos y herramientas que mejoren el confort de los clientes y que les permitan dar un servicio de la mejor calidad.
Las características del entorno determinarán el modelo o modelos más eficientes; por ejemplo, los aparatos que funcionan a modo de cortinas de aire permiten un flujo suave, que no resulte demasiado directo para el cliente, y disponen de un buen rendimiento. Los conductos diseñados especialmente para locales de estas características disponen de sensores de temperatura que la ajustan de forma óptima, incluso cuando los espacios son pequeños. Además, son aparatos silenciosos que no perturban las conversaciones ni la comodidad de los comensales.
También existen sensores que permiten detectar si hay personas presentes en el entorno, ajustando la temperatura en caso de ser necesario y permaneciendo en un modo de temperatura programada inferior el resto del tiempo; esto es sumamente útil en los restaurantes que cuentan con salas para grupos y que no están ocupadas todo el tiempo.
Otro de los recursos de gran utilidad en el ámbito de la hostelería es el tratamiento VRF de aire; estos kits consiguen una mayor eficiencia durante los procesos que preceden a la ventilación (pre-calentamiento o enfriamiento). Hay que tener en cuenta que en un restaurante no tan sólo es importante disponer de medios de climatización y ventilación para regular la temperatura ambiente, sino también para evitar la posible acumulación de olores producto de las comidas que se sirven y se cocinan, sobre todo si no existe una separación de ambientes separada.
La supervisión y ajuste de estos aparatos resulta fácil e intuitiva gracias a los controles, la mayoría de los cuales permiten el acceso remoto y programar sin problemas la temperatura ideal.