El 87,5% de los autónomos considera que no es fácil emprender en España, según revela el informe III Estudio Nacional del Autónomo elaborado por Infoautónomos. Entre las dificultades para sacar adelante un proyecto emprendedor se encuentran la falta de ayudas, la excesiva burocracia y el sistema tributario.
Así, son muy escasos los autónomos que contaron con ayuda de la Administración a la hora de emprender: sólo el 14,4% tuvo algún tipo de ayuda, según el informe. Las dificultades por culpa del proceso administrativo también afectan a un elevado porcentaje: el 43,1% de los autónomos considera que el proceso para darse de alta es complicado o muy complicado.
Los pagos mensuales a la Seguridad Social y el sistema de tributación, así como la burocracia en general, son citados como las principales barreras a la actividad por cuenta propia.
Como dificultades cotidianas en la labor del autónomo, las mayores son las derivadas de los problemas que afectan a su vida personal (desprotección social en situaciones de paro, jubilación y enfermedas, estrés, soledad o desprotección del patrimonio privado).
La financiación del autónomo
Además, también se señala el problema del acceso a la financiación como otra de las principales dificultades del autónomo.
En este sentido, la mitad de los autónomos afirma haber requerido financiación para su negocio en algún momento. La mayor parte de estos autónomos han conseguido esta financiación a través de créditos bancarios (70,4%), seguido por los que han tirado de fondos propios (52,8%), familia y amigos (41,3) y subvenciones (17,6%).
Los autónomos podrían acceder a más subvenciones de las que realmente reciben. ¿Por qué no es así? El informe de Infoautónomos identifica la falta de información y los trámites administrativos necesarios como las prinicipales barreras a la hora de solicitar este tipo de ayudas. En algún caso, los autónomos ni siquiera saben a qué ayudas pueden acceder.
¿Cómo es el trabajador autónomo español?
El perfil del trabajador autónomo en España es fundamentalmente masculino (el 62% son hombres) y de mediana edad (casi la mitad cuentan entre 40 y 54 años, mientras que sólo el 0,9% es menor de 25 años).
3 de cada 4 bajas como trabajadores autónomos responden a motivos económicos. De éstos, más de la mitad obedecen a la dificultad de afrontar la cuota de autónomos, mientras que el 27,4% se producen por impuestos muy elevados, el 15,8% por no encontrar suficientes clientes y el 5,2% por arrastrar muchas facturas impagadas.
Pese a que la mayor parte de los autónomos que se dieron de baja llevaban menos de 3 años trabajando, es muy alto el porcentaje de los que llevaban una actividad de larga duración. Concretamente, el 17,5% de las bajas afectaron a autónomos con más de 10 años de actividad. Un 11% fueron bajas de autónomos en ejercicio entre 5 y 10 años.
El tramo más afectado fue el de los autónomos entre 1 año y 3 de actividad (37,3%).
La mayor parte de los autónomos lleva más de 5 años en activo
En cualquier caso, la mayor parte de los autónomos lleva un periodo de actividad considerablemente largo. El 56,7% lleva trabajando por cuenta propia más de 5 años. Sólo el 7,9% lleva dado de alta como autónomo menos de un año.
3 de cada 4 autónomos cotiza por la base mínima, mientras que únicamente el 2,8% lo hace por la máxima.
La inmensa mayoría de los autónomos (76,9%) no cuentan con asalariados: El 9,7% sólo tiene uno a su cargo, el 9,2% entre 2 y 4, y el 4,2%, 5 o más.
A pesar de las dificultades, los autónomos del estudio destacan algunos beneficios del trabajo por cuenta propia: la autonomía y la flexibilidad. Otras ventajas señaladas son la conciliación y tener un mayor control del negocio.