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La marcada relación entre el sueño y la productividad laboral

Existe una epidemia de malos hábitos de sueño, que discretamente afecta negativamente la calidad de vida de las personas. Las recomendaciones cambian según las personas, pero en general, dormir menos de siete horas diarias acarrea consigo problemas de salud.

Un descanso irregular afecta de manera directa la productividad de un trabajador y cómo se desenvuelve en sus diversas actividades del día. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una persona debe dormir de 7 a 8 horas diarias para lograr un correcto desarrollo de funciones habituales como toma de decisiones, las tareas de razonamiento lógico, mayor motivación, niveles de energía y un mejor manejo de las relaciones humanas.

A pesar de que el sueño es una de las necesidades más básicas del cuerpo humano, en muchas ocasiones pasa a segundo plano debido a la presión de las obligaciones de la vida diaria, ocasionando severos problemas de salud como obesidad, enfermedades del corazón, diabetes o pérdida de la memoria a corto y largo plazo, sólo por nombrar algunas.

En busca de contribuir a mejorar los niveles de descanso y la productividad, la startup de colchones premium Nezt recomienda estos siete consejos para mejorar el sueño y aumentar la productividad.

1. No reduzcas el sueño por terminar un trabajo

Si eres de los que piensa que podrás terminar un trabajo o estudiar más si te mantienes despierto toda la noche, estás equivocado. Conseguirás más durmiendo un poco antes de retomar esas tareas, pues el cerebro realiza un proceso de consolidación de memoria justo antes de caer dormidos. Una buena noche de sueño te puede evitar errores costosos que impacten negativamente la manera en la que se percibe tu trabajo.

2. El ambiente influye en el descanso

El dormitorio juega un papel crítico en la calidad del sueño que disfrutas cada noche. La cantidad de luz, la temperatura y la cama son factores que debes cuidar para gozar de un descanso reconfortante. El uso de un buen colchón es imperativo para dormir profundamente, pues los resortes flojos, la falta de firmeza o el daño que ocasiona el paso del tiempo pueden ocasionar dolor corporal y afectar tu calidad de sueño.

3. Busca una postura adecuada

Un estudio de la Universidad Hong Shue Yan, en Hong Kong, concluye que la posición para dormir influye en la calidad del sueño. Si se reposa boca abajo o sobre el costado izquierdo existe la probabilidad de tener sueños más nítidos, mientras que en las posturas más recomendadas para recostarse se encuentran la fetal (de lado) o boca arriba, ya que estas le permiten al cuerpo obtener un descanso más completo.

4. Toma una bebida caliente

Una bebida caliente antes de dormir es una buena manera de relajarse y prepararse para un sueño reconfortante. Al menos 30 minutos antes de ir a la cama, prepara un té o leche caliente, pues estos te ayudarán a calmarte. Evita las bebidas gaseosas y la cafeína y tampoco bebas demasiado, pues no encontrarás una postura cómoda debido al exceso de agua en tu estómago.

5. Es recomendable dormir ocho horas sin interrupciones

Las horas que duermas determinarán un correcto descanso, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, dormir seis horas es sinónimo de no haber descansado. Lo recomendable es dedicarle al sueño entre siete u ocho horas al día para los adultos y diez como máximo para los niños, siempre de forma regular. Es importante que no se interrumpa el sueño, pues muchas veces es imposible volver a dormir después de haber sido despertados por cualquier factor.

6. Crea un ritual para dormir

Se trata de hábitos o simples cosas que puedes hacer antes de irte a la cama, una ducha ayuda a relajar el cuerpo, beneficia a la salud y propicia el dormir fresco, leer una novela mientras se está recostado o ver una película pueden ser aliados contra el insomnio. Lo recomendable es probar alguno de estos y llevarlo a cabo cotidianamente.

7. Usa la cama sólo para dormir

La National Sleep Foundation aconseja usar la cama sólo para dormir, pues esto fortalece la asociación psicológica entre la cama y el sueño. Por lo tanto, no es recomendable comer, ver televisión o sentarse en el mismo lugar que posteriormente se utilizará para descansar toda la noche.

Por último, es importante recordar que el sueño es básico no sólo para incrementar la productividad en la oficina, sino para mantener una buena salud en general, y que darle su espacio contribuye a tener una vida más íntegra y saludable.