Pararte a hablar en público no tiene por qué causarte náuseas, nervios, pavor ni ninguna otra emoción nada agradable. Puede ser una experiencia muy amena y gratificante si la sabes manejar bien, y en este artículo aprenderás a hacerlo.
Ya sea una exposición en tu universidad, la presentación de una idea o producto en tu trabajo o la defensa de tu proyecto de investigación, los principios de toda conferencia son los mismos. Así que toma nota y sigue estos consejos al pie de la letra para que no termines trabado a la mitad de tu exposición.
1. Establece los puntos a tratar
Doy por sentado que, si estás aquí, ya tienes el tema. ¿Pero qué debes decir de eso y qué no? ¿Qué es lo más relevante? ¿Qué es relleno? No quieres aburrir, pero tampoco querrás saltarte nada importante, así que puedes empezar por aquí.
2. Realiza un guión
Una vez que sabes específicamente de qué vas a hablar, elabora una especie de guión. Esto te ayudará a no divagar y a no olvidar nada. No tienes que escribir todo lo que vas a decir, pueden ser frases, palabras, lo que sea que establezca cierto orden y la continuidad de ideas.
3. Habla en el idioma de tu público
En este aspecto debes encontrar un punto medio: ni muy técnico ni muy coloquial. Siempre que vayas a utilizar palabras específicas de tu campo, puedes dar una rápida definición para que todo el mundo te siga. Si es tu intención, puedes darle un tono ligero a tu presentación, pero sin caer en coloquialismos.
Una buena idea es adaptarte a tus oyentes. Por ejemplo, si la conferencia no es en tu ciudad natal, utiliza ejemplos y datos de la localidad donde la vas a dar, para conectar más a fondo con tu público.
Busca siempre la otra cara de la moneda. Por ejemplo, en lugar de decir “2/3 de los alimentos cosechados son desechados”, puedes decir “2000 toneladas de alimentos son desechados”, para que el mensaje sea más tangible y contundente.
4. Capta la atención desde el inicio
Si desde el principio no logras llamar la atención de tu público, es muy difícil hacerlo en el transcurso de la exposición (y si logras hacerlo, dime tu secreto). Olvídate de las exposiciones de la escuela básica, esta vez tú tienes el control.
Puedes iniciar con una frase llamativa, intrigante o impactante como “probablemente no sabían que solo el 33% de los alimentos cosechados llegan a nuestras mesas, mientras que el otro 66% va a la basura, dejando sin comida a millones de personas”. Debes reflexionar mucho sobre esto porque es la primera impresión marca la pauta.
5. Ten cuidado con láminas y pósters
No te vuelvas loco colocando láminas y láminas de información. Esto solo logrará diversificar la atención del público entre tu discurso y tu material de apoyo.
Procura colocar gráficos, videos, imágenes, y explicarlos, para darles su propio espacio. En cuanto a información, no pongas más de una frase que sintetice lo más importante de tu idea, e incluso puedes llevarlo a una palabra. Así, la información llegará más rápido y calará más hondo.
Evita animaciones muy ostentosas, así como el diseño y la decoración de las láminas. Procura que se vean profesionales, limpias, ordenadas, y que no tengan nada que no sea estrictamente necesario.
6. Concluye de manera apoteósica
De nada te sirve que durante toda la presentación hayas mantenido a tu público con la boca abierta si no tienes un buen final. Puedes hacer una corta síntesis con las ideas principales, revelar los resultados de tu investigación, dar algunas recomendaciones (si aplican) e impulsar a que indaguen en este tema más a fondo, dejando varias incógnitas al aire.
7. La práctica hace al maestro
Posiblemente, esta es una de las frases más trilladas del mundo, pero nunca se ha dicho nada más cierto. Debes practicar tu conferencia frente al espejo. Ver los movimientos que harás, las expresiones que pondrás, las palabras a emplear, la dicción… Pule muy bien tu presentación bajo tus criterios.
Luego de eso puedes tomar a una persona o un grupo que escuche tu exposición, y pídeles que opinen sobre tu discurso y tu lenguaje corporal, para cubrir detalles que quizás se le hayan escapado a tu espejo.
Debes estar muy seguro a la hora de pararte frente a personas que no conoces, y nada más aparte de la práctica de dará eso.