Cuando se es emprendedor, profesional, estudiante, o realmente cualquier cosa en la vida, una de las herramientas más necesarias con las que puede contar el ser humano es el poder de la palabra. La habilidad de comunicarnos efectivamente a través del habla es de nuestras características más importantes, ya que por medio de esta es que somos capaces de dar a conocer nuestras necesidades, sueños o cualquier otro tipo de información. Por eso y más es que es necesario saber que decir y sobre todo como decirlo. Descubre todas las razones por las que debes hablar en público si eres emprendedor.
Para saber cómo expresarse mejor es necesario emplear los principios de la oratoria que les permiten a las personas sacar mayor provecho de sus habilidades comunicativas para transmitir de forma efectiva un mensaje. Teniendo en cuenta que en la actualidad las personas requieren una información más clara que puedan procesar, el poder de la oratoria se hace cada vez más importante, ya que mediante ella se pueden evitar los malentendidos y también se puede conquistar a una audiencia.
Si bien es cierto que ser bueno en oratoria no es fácil para todo el mundo, igual existen ciertas herramientas que hasta el más introvertido de los oradores puede aprovechar para mejorar su discurso. Entérate en este artículo de cuáles son esas herramientas mediante los siguientes consejos para mejorar la oratoria. Ponlos en práctica cuanto antes y goza de los notables beneficios que te prestan.
1. Familiarízate con el espacio
Uno de los factores que más influye en la aparición del pánico escénico, el peor enemigo del orador, en las personas que tienen que hablar en público es la dimisión del espacio donde tendrán que hablar. Para evitar que eso te afecte negativamente es necesario de que trates de familiarizarte con el espacio para que te hagas una idea a lo que te enfrentas y puedas ajustar tus habilidades a esa realidad.
Trata de llegar al menos dos horas antes al lugar, haz pruebas de sonido en el caso que uses micrófono, también trata de proyectar el material visual que utilizarás para asegurarte que desde todos los ángulos se ve. Llegar antes también te servirá para saber que tanto debes proyectar la voz y corregir cualquier posible percance que pueda ocurrir.
2. Conoce a tu audiencia
Este consejo tiene dos modalidades, las de saber en general cual es el tipo de público al que le tendrás que hablar, y la otra es crear un vínculo con ellos antes de comience la ponencia. En el primer aspecto es necesario saber si toda tu audiencia es profesional del área sobre la que hablarás o conocedores, si es así, podrás sin problemas emplear un lenguaje técnico, pero de lo contrario, debes procurar hacer la charla más amena para asegurarte que todos entiendan.
En la segunda modalidad te aconsejamos que saludes a todos los presentes antes de que comience la charla y te tomes el tiempo de conversar con ellos por pocos minutos. Esto te ayudará a crear un vínculo más amistoso con la audiencia, lo que hará que te sientas menos intimidado que al hablarle a un montón de extraños.
3. Haz las pausas necesarias
Si el pánico escénico es el principal enemigo del orador, la falta de pausas al hablar es el otro malvado secuaz. Cuando un expositor habla demasiado rápido los resultados suelen ser contraproducentes por dos razones: la primera, porque la audiencia no entiende nada de lo que dices y se irá de la sala con un mal concepto de ti; la segunda, porque si no haces pausas, no te queda tiempo para respirar y te quedarás sin aire a todo momento, lo que puede incrementar tus niveles de estrés.
4. Modula y proyecta
El secreto del buen hablar está en modular y proyectar, ya que de esa forma garantizas que el mensaje se transmita de forma eficiente y todo quien lo escuche pueda entenderlo. Para modular necesitas no solo hablar pausadamente, sino pronunciar correctamente todas las silabas; un error común en los oradores es el comerse las “S” al final de las palabras, o de no pronunciar bien las “R” o las “V”.
Para proyectar mejor tu tono de voz, el cual es necesario para garantizar que el mensaje llegue a cada rincón de la sala, es necesario que hagas ejercicios de respiración. Procura también darte un espacio para escucharte a ti mismo y así detectar con antelación si hablas demasiado bajo, o si por el contrario estas gritando.
Por último te aconsejamos que hagas de tu discurso uno más dinámico y participativo, interactuar con el público te ayudará a romper la monotonía del discurso. Aprende cómo hacer eso con los trucos de Gananci.