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¿Cómo detectar un mal líder?

Normalmente, nos preocupamos de tener un buen líder en nuestros proyectos para que todo salga adelante lo más fluidamente posible.

Lo que no sabemos, es que a veces no sabemos detectar quien es un mal líder o no, y acaba ralentizando nuestro trabajo a pesar de pensar que está haciendo las cosas bien.

Es por esto, que en esta lista te voy a nombrar las principales características para poder detectar lo antes posible si tenemos un liderazgo que afecte negativamente a la empresa o proyecto, y así buscar a uno idóneo.

No tiene visión

Un líder sin visión no podrá aportar nuevas ideas, de las que el equipo de trabajo pueda arrancar.

Además de esto, al empezar desde una idea sin fundamentos, será más complicado de continuar, por lo que cada paso que demos hacia delante, estaremos dando tres hacia atrás.

No es inspirador

Un líder que no es capaz de inspirar a su equipo de trabajo no es un líder capaz de hacer bien su trabajo. En la definición de líder viene sujeta la labor de llevar un equipo adelante y de tirar de él en todo momento.

Si este no es capaz de motivar e inspirar a su equipo para que pueda trabajar efectivamente, no se podrá considerar nunca un buen líder.

Se niega a escuchar y aprender de los demás

Un líder, a pesar de estar por encima del resto, debe aceptar que no siempre sabrá más que nadie en nada, por lo que deberá escuchar y aprender de los demás.

Si este no es capaz de escuchar a nadie, y toma las decisiones sin pedir opinión a los demás, no será capaz de llevar un proyecto adelante, ya que solo se tomarán pasos hacia donde este quiera, y no hacia donde sea mejor.

No existe comunicación

Todos somos personas, y para trabajar en grupo necesitamos una buena comunicación. Esto no se restringe tan solo al grupo de trabajo, si no que el líder también tendrá que comunicarse a menudo con sus trabajadores y hacerse interesar por ellos.

Un líder negativo será aquel que intente esquivar la comunicación y trate de andar solitariamente sin hacer saber nada al equipo de trabajo y sin interesarse en cómo avanza el proyecto.

Demasiado rígido

Es cierto que un líder debe ser rígido y en todo momento mantener la postura, pero todo en exceso acaba siendo malo.

Es por esto por lo que un mal líder también es aquel que es demasiado rígido e intolerante, ya que dificulta y limita el trabajo de los demás, además de fomentar un mal ambiente en el grupo de trabajo.

Falta de confianza

Y, por último, pero no menos importante, un líder con falta de confianza no es un buen líder.

Hay que pensar que el grupo de trabajo siempre está ahí para respaldarnos, y es por eso mismo por que se merecen un mínimo de confianza.

Además, mientras más confianza deposite el líder en el equipo, más confianza se le será devuelta.