No solo las grandes empresas e industrias pueden obtener importantes retornos optimizando sus consumos energéticos, las Pymes pueden reducir su factura una media de 2000 € anuales. Dentro de las pequeñas empresas, el comercio local suele ser de los que mayores necesidades energéticas presentan, principalmente en la climatización de las tiendas, la conservación de los alimentos frescos en las condiciones apropiadas en tienda y en su transporte.
La conservación y transporte afecta especialmente a nuevos modelos de negocio, los e-commerce, que, teniendo o no punto físico de venta al público, dependen principalmente de esos dos elementos al contar con almacenes que les permita tener stock disponible de los productos que ofrecen en internet para atender la demanda y evitar quedarse sin existencias y necesitar transportar la mercancía al cliente, lo que incrementa los costes en aquellos cuyo productos requieren unas medidas de conservación específicas, por lo que es necesario controlar esos consumos para garantizar los menores costes posibles, la competitividad y la viabilidad de la empresa.
Otros formatos de tienda que se encuentra en las ciudades son los hipermercados o grandes centros comerciales, que cuentan con los consumos propios de las tiendas a nivel individual, y con grandes espacios comunes cerrados, tanto de tránsito de compradores, como almacenes y aparcamiento de vehículos, que conllevan importantes gastos en materia de climatización principalmente, así como de iluminación, necesitando mayores recursos energéticos, y produciendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estos espacios, suelen tener inutilizado sus tejados o azoteas, por lo que aprovecharlos para instalar sistemas de autoabastecimiento energético suele ser una buena alternativa para reducir costes y emisiones contaminantes.
En este sector, reducir gastos innecesarios aporta unos beneficios para los que habría que destinar grandes esfuerzos y recursos en caso de pretender obtenerlos mediante el aumento de las ventas. Por eso desde SMARKIA facilitan unos sencillos consejos para reducir los consumos energéticos, ya que cosas tan sencillas como apagar los aparatos eléctricos que no sean necesarios para el normal funcionamiento del negocio, así como un mantenimiento constante de los mismos, eliminará importantes gastos que se acometen en el largo plazo en el sector retail.
Sistema de climatización
Cada grado que se aumenta la temperatura en invierno, así como cada grado que se trata de reducir en verano, requiere que los sistemas de climatización consuman mayores cantidades de recursos, tanto para alcanzar la temperatura, como para mantenerla. Por lo que, intentar mantener el espacio a 20 grados en invierno, y que en verano la temperatura no suba de los 24 grados, mantendrá un ambiente agradable para trabajar sin incurrir en costes excesivos. Controlar con un sistema de gestión energética los tiempos de funcionamientos de esos sistemas, el mantenimiento del mismo, así como que mantengan una temperatura constante en el horario comercial incurriendo en los mínimos costes, simplificará la implantación de medidas al monitorizar la evolución de los consumos y garantizará su reducción.
Además, para garantizar que esas medidas sean efectivas, se debe comprobar las condiciones de aislamiento que tiene el espacio, ya que, si el espacio no se encuentra bien aislado, se producirá una constante pérdida calorífica con el exterior, lo que provocará en torno al 30% de las necesidades energéticos en climatización y que no sirvan las medidas tomadas para optimizar dichos sistemas.
Sistema de iluminación
La sustitución del sistema de iluminación es una de las primeras medidas que se suele tomar en la reducción de los consumos en los comercios. Actualmente los sistemas de iluminación LED, con un menor consumo y mayor vida útil que las demás tecnologías disponibles, suele ser una de las medidas más comunes en la reducción de la factura eléctrica. Pero en el global de la empresa, los ahorros obtenidos sobre este punto suelen ser menores que en otros apartados, ya que la inversión suele ser algo elevada y hay otras parcelas con mayor margen para reducir consumos.
También el constante mantenimiento de las luminarias evitará que aumenten los consumos hasta en un 10%, contar con interruptores que permitan escoger los espacios que se quieren iluminar y la cantidad lumínica, o reducir los tiempos de funcionamiento de las luces, bien con sensores que detecten la presencia, principalmente en lugares de paso o poco tránsito, o sensores sensibles a la iluminación, para que se encienda y/o apague solo cuando sea necesario en función de la iluminación natural o exterior, reducirán los tiempos de consumo a cuando realmente sea necesario.
Sistema de refrigeración
Es un importante gasto en puntos de venta de productos alimenticios, siendo casi el único consumo energético en pequeños negocios como pescaderías y carnicerías, que, tienen que mantener determinados productos tanto en tienda, como en almacén, como en el transporte, a una temperatura adecuada para su correcta conservación. Pequeñas y sencillas medidas como contar con el género necesario para la jornada en las cámaras o congeladores (cuanto más llenos estén mayor potencia demandarán), utilizar sistemas de iluminación que no desprendan calor en esas zonas, o como hemos ido viendo en los últimos años, cerrar las vitrinas o expositores con puertas acristaladas evitando la fuga de frío, y a su vez que se esté trabajando constantemente para mantener la temperatura de los productos, y el uso de la calefacción en el establecimiento para contrarrestar la reducción de las temperaturas en la zona de las máquinas frigoríficas.
Además de estas y otras medidas que sugiere la guía del ahorro energético en el comercio, la utilización de un Sistema de Gestión Energética en el comercio, permite monitorizar los consumos en los que se incurren en el normal funcionamiento, así como detectar las ineficiencias que se estén produciendo, posibles consumos fantasmas o aprovechar al máximo medidas como las citadas. Además, tras la implantación de esas mejoras, el software permite realizar un seguimiento para ver su evolución y los beneficios que reportan. Esta constante vigilancia permitirá actuar a tiempo ante posibles ineficiencias o averías que se produzcan, evitando que repercutan en la factura energética y así como sobrecostes por agravarse dichas averías. En definitiva, la gestión de la energía mediante la implantación de un software logra reducir los consumos energéticos, mejorando su eficiencia energética y reduciendo la contaminación ambiental, así como logrando un mayor beneficio económico para la empresa al reducir costes innecesarios en los consumos energéticos diarios.