•  | 
  • 4 min

La segunda ola de Covid-19 eliminará 500.000 empleos y 300.000 autónomos

Medio millón de empleos dentro del sector de los autónomos se perderán durante la segunda ola de la pandemia. 300.000 autónomos, el 10% del total, tendrán que echar el cierre por la actual situación de incertidumbre y de medidas restrictivas para paliar el Covid-19.

Éstos son los datos que arroja el séptimo Barómetro ATA presentado por la Federación Nacional de Autónomos ATA.

El 88,9% de los autónomos cree que podrá seguir con su actividad, aunque más de la mitad de éstos, el 57,4%, no sabe si podrá continuar a medio plazo.

El desánimo sigue instalado en el colectivo tras la instauración de un nuevo estado de alarma que impondrá medidas restrictivas a actividades que ejercen muchos autónomos, especialmente en el sector de la hostelería y turismo.

Entre las medidas implantadas por este estado de alarma no se contempla por el momento un nuevo confinamiento, algo que no podrían soportar el 67,5% de los autónomos, según el estudio de ATA.

El número de rebrotes y contagios no deja de crecer, y con ellos han llegado de nuevo las restricciones a la movilidad. Se avecina un desastre para autónomos, empresas y trabajadores si no se acompaña de un plan urgente de medidas económicas.

Lorenzo Amor, presidente de ATA

Casi 9 de cada 10 autónomos reducirá facturación

En primer lugar, destaca que el 85,6% de los autónomos encuestados consideran que la facturación de su negocio va a disminuir en 2020, un 8,9% cree que se va a mantener y sólo el 2,7% cree que a final de año habrá facturado más en este complicado 2020 que en 2019.

El dato es mucho peor al del primer barómetro de ATA, en abril, cuando eran el 73,1% los que pensaban que su facturación descendería, lo que supone un incremento de 12 puntos porcentuales.

Entre los autónomos que creen que su facturación se reducirá, el 71,9%, es decir siete de cada diez autónomos y en términos absolutos y extrapolado al total del colectivo, 2,3 millones de autónomos, van a ver disminuida su actividad por encima del 40%.

También aumenta el porcentaje de los autónomos empleadores que creen que tendrán que disminuir su plantilla: uno de cada tres (33,3%) tendrá que acometer despidos, como comentábamos; es un porcentaje superior al 29,7% registrado en el barómetro de agosto.

Por otro lado, el 45,8% confía en poder mantener a toda su plantilla, aunque sólo el 1,3% señala que va a tener que contratar. El 19,7% no sabe qué va a suceder con sus trabajadores.

Un 6,5% de los autónomos sigue con el negocio cerrado

En la actualidad, unos 210.000 autónomos siguen con su actividad paralizada, el 6,5% del total, de los que el 4% lleva con su negocio cerrado desde el mes de marzo.

Un 60,7% afirma que aunque ha abierto, está funcionando al 50%. Únicamente el 14,5% de los autónomos encuestados desde ATA asegura que está abierto y funcionando con total normalidad y un 3,7% reconoce estar funcionando incluso mejor que antes de la pandemia.

El 84% de los autónomos aseguran que la facturación de su negocio se ha visto reducida respecto a la del año anterior. El 8,7% asegura que se ha mantenido y hay un 4,3% que considera que incluso ha aumentado.

Entre la amplia mayoría que asegura que su facturación se ha visto reducida en lo que llevamos de año, un 6,5% de los autónomos no está ingresando nada.

El 58,9% de los autónomos han visto reducida su facturación comparado con el año pasado en un 60% o más, lo que en términos absolutos y extrapolando al total del colectivo, 1.900.000 autónomos afirman que su actividad ha caído más de un 60%.

La morosidad sigue atacando a uno de cada tres autónomos (33,2%), de los que el 17,3% la sufren exclusivamente por parte de empresas privadas.

Un 60,3% de los autónomos encuestados desde ATA aseguran no verse en este momento afectado por la morosidad.

Lorenzo Amor apostó por la aplicación del decálogo de medidas de ATA para afrontar el nuevo estado de alarma.

Se hace urgente establecer desde ya un plan de emergencia, y con vistas a un invierno muy duro, que prorrogue las ayudas existentes hasta el 31 de mayo de 2021, facilite la liquidez e impulse el consumo y la demanda con el fin de amortiguar la caída de la actividad y evitar el cierre de empresas y autónomos y por ende la destrucción de empleo.

Lorenzo Amor