En España, nueve mujeres crean un negocio por cada diez hombres, superando la media europea, donde solo hay seis mujeres emprendedoras por cada diez hombres, según datos extraídos del último Informe Mundial GEM 2018/2019. La del emprendimiento es la brecha que parece reducir distancias a mayor velocidad. ¿Cómo es el panorama del emprendimiento femenino? ¿Qué hacer en el momento actual de crisis provocada por la pandemia del Covid-19?
En medio de una situación excepcional, el mundo sigue creando, emprendiendo e innovando y en nuestro país la actividad emprendedora continúa en aumento (del 5,2% en 2016 al 6,4% actual) y se mantiene en el camino de la recuperación. Sin embargo, no llega a las cifras obtenidas antes de la crisis (7,6% en 2007).
El debate online “Female Startups Leaders”, celebrado este jueves en el marco del Día Mundial del Emprendimiento, ha abordado la figura de la mujer emprendedora en el ecosistema startup de nuestro país, el escenario que contemplan tras la crisis del coronavirus y la reinvención acelerada de miles perfiles profesionales, impulsado por las circunstancias.
«Es muy buena época para investigar y lanzar una empresa»
En palabras de Pepita Marín, cofundadora de We Are Knitters, firma online que revoluciona la venta de kits para tejer a nivel mundial:
Un consejo que me dieron al principio fue que lanzase mi proyecto con lo que tuviera, me decían ‘lánzala ya y déjate de historias de las lanitas y agujas’. Me parece que es muy buena época para investigar y lanzar una empresa. Los que tienen la llamada de la selva, lo tiene ahí y lo van a tener siempre, pero hay que encontrar un buen momento, y nunca es el mejor, igual ahora se dan circunstancias que nunca hemos tenido.
Por su parte, Laura Lozano, cofundadora de Chargy, impulsores del “social chargy”, cargadores inalámbricos inteligentes, apuntaba:
Esta es una oportunidad para pivotar, digitalizarse, buscar verticales diferentes, mejorar la relación con los clientes y repensar la estrategia. Dependiendo de la empresa esta situación puede suponer un salto de calidad si sabemos aprovecharlo. Todo el mundo puede emprender, pero no está hecho para todo el mundo, y menos en esta época. Lo importante es rodearse de gente que sepa más que tu.
Entre los casos de éxito de startups nacionales que cuentan con mujeres liderando los proyectos, enmarcados en diferentes sectores, el debate también ha contado con la participación de Mireia Badía, CEO de Grow.ly, plataforma online de crowdlending que ofrece financiación participativa y colectiva a pymes:
Encontrar un buen partner para poder compartir pesares y alegrías, pero con cuidado de no introducir gente tóxica en el proyecto. La única razón para emprender es que no puedes no hacerlo porque te apasiona la idea. Toda esta situación nos ha impactado mucho, los inversores tienen miedo y los préstamos a pymes se están resintiendo. Hemos dado más de 23M en más de 500 proyectos. En cualquier crisis hay beneficiados, pero son los menos.
Como ha explicado Nuria Pastor, CEO de humanITcare, plataforma online que conecta pacientes con médicos y hacen seguimiento de forma remota:
La crisis sanitaria ha supuesto un boom para nuestra plataforma y hemos puesto la APP gratuita para el sistema sanitario. Para mí, lo más importante del emprendimiento es hacerlo para mejorar una realidad, por eso mismo, aunque mantener el foco es importante hay que elaborar un plan de contingencias, un plan post-COVID y darle importancia a nuestro bienestar personal.
El debate ha sido moderado por la periodista Esther Molina, una de las impulsoras de la nueva plataforma que ha dado nombre al encuentro: Female Startups Leaders, que nace como un punto de unión de mujeres líderes de startups consolidadas y sostenibles en el tiempo de nuestro país.
Mujeres emprendedoras y ‘síndrome del impostor´
El llamado “síndrome del impostor” también ha sido desarrollado por las panelistas. Alba del Villar, cofundadora de Thingeer, app dedicada a la compraventa de productos de segunda mano con IA y machine learning, ha compartido que “este síndrome es esa sensación constante de que no tienes el mismo nivel o capacidades que la gente con la que compartes un espacio”, en torno a este síntoma vinculado a la incapacidad que puede sentir una persona, en determinados hitos profesionales, a la hora de adueñarse de sus propios logros en el ámbito laboral o personal.
“El síndrome del impostor lo tenemos todas”, afirma Pepita Marín, “Emprendedoras, directivas, niñas, creemos que somos peores y nos infravaloramos, y esto se nota cuando vamos a pedir financiación, mientras que un hombre denota confianza, nosotras somos más precavidas”. Esta actitud, sumada a la discriminación positiva en eventos como este mismo, contribuyen a la visibilidad. “Yo encima estoy en el mundo financiero, que es muy de traje gris. Nunca se cómo hubiera sigo grow.ly si yo hubiera sido hombre. Siempre me da la sensación de que tengo que demostrar más”, sentencia Mireia Badía.
La falta de referentes femeninos en algunos entornos profesionales incide directamente en el déficit de mujeres en primera línea de cualquier proyecto. Visibilizar es una buena praxis para combatir la brecha comunicativa de mujeres al frente, sobre todo, de proyectos stem: técnico-científicos,
Como asegura Alba del Villar:
Una de las formas para liderar el cambio es comenzar desde la educación más temprana. Hay más mujeres en servicios de ayuda que en sectores tecnológicos. Yo que vengo de la ciencia macro teórica, todos son hombres, no hay referencias de mujeres. No creo que sea porque no estén, sino porque existe un sesgo en el stem.