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La palabra perfecta: cómo elegir un lenguaje correcto para hacer plantillas para presupuestos profesionales

Una idea preconcebida que suele extenderse en las empresas es pensar que las palabras, la forma de expresarse, no importa.

Qué más da si el presupuesto va con faltas o no, total… Nadie se lo va a leer. Soy [pon la profesión que quieras], nadie se va a fijar, porque lo único que les interesa a mis clientes es lo que les voy a cobrar.

¿Te suena?

Si eres una de esas personas que piensa de esta manera, pon atención a este artículo, porque te llevarás más de una sorpresa.

Por tanto, si queremos construir plantillas para presupuestos realmente profesionales que conecten con tus clientes, es crítico cuidar el lenguaje y utilizar las palabras adecuadas.

Haz una lista con todos los sectores a los que vas a ofrecer tu servicio

¿Se te ha metido el miedo en cuerpo con lo que has leído hasta ahora? Calma. Antes de meterte en harina, debes empezar por hacer una revisión de cuántas plantillas para presupuestos necesitas.

Una de las claves para utilizar el lenguaje perfecto en cada una de ellas es identificar y clasificar desde el principio el tipo de cliente al que le vas a hablar.

¿Cómo lo puedes hacer?

Es hora de ponerse a investigar a tus clientes potenciales. Si lo tienes claro, genial. Puedes saltarte este paso, aunque siempre es conveniente realizar una revisión periódica de quiénes pueden ser tus posibles compradores.

¿Por qué es necesario investigar a mis clientes potenciales para hacer plantillas para presupuestos?

Investigar a tus posibles clientes es una tarea que se debería de hacer desde el mismo momento en el que decides montar una empresa. Si no lo has hecho, ahora es el momento.

Indagar en los gustos de puntos débiles de nuestros potenciales compradores te ayudará a empatizar con él y establecer perfiles: qué le gusta, qué le asusta, cómo piensa, qué servicios consume…

Recopilar toda esta información nos ayudará a conocer al cliente, aspecto que nos ayudará a la hora de comunicarnos con él.

Evita las palabras y expresiones ambiguas

Es uno de los errores más comunes al escribir y, a su vez, uno de los más difíciles de corregir.

Con bastante frecuencia, utilizamos ciertas construcciones gramaticales que, sin ser conscientes, pueden tener más de un significado. Es por eso que este aspecto se convierte en uno de los principales factores que hacen que un texto no sea claro.

Uno de nuestros objetivos al editar nuestras plantillas para presupuestos es localizar estas palabras y expresiones, con el fin de evitar interpretaciones erróneas.

Cuando no tienes mucha experiencia escribiendo, este punto puede resultar difícil de pulir ya que eres menos sensible a localizar el error. Por lo tanto, es cuestión de práctica mejorar esta habilidad y crear contenido que tu público entienda a la perfección.

Puedes ver un ejemplo de ambigüedad lingüística en este enlace.

Amplía tu vocabulario para hablar el idioma de tu cliente

Una de las mejores formas de conectar con tus clientes o tus *prospectos es hablar su idioma.

¿A qué me refiero?

Pues literalmente a utilizar las palabras que usa para expresar ideas, conceptos, proyectos y servicios que tengan que ver con su área de trabajo.

¿Cómo puedes conseguirlo?

En primer lugar, debes comprender que no es una aptitud que se adquiera de hoy para mañana. Te llevará un poco de tiempo interiorizar nuevo vocabulario, utilizarlo con naturalidad e integrarlo con tu propio tono de voz. Para ello tendrás que leer textos, libros, artículos especializados y, en general, todo lo que tenga que ver con el mundo de tu cliente.

No hay trucos: no existe una manera rápida de ampliar vocabulario (si existe una forma rápida de hacerlo, deja un comentario ;)). Cualquier proceso de asimilación de conceptos es lento.

¿Qué consigues hablando el idioma de tu cliente?

Primero, conectar con él. Segundo, parecer más profesional y conseguir una buena impresión. ¿Te parece poco?

*Prospecto: persona que, de una manera u otra, ha mostrado interés por tu empresa pero que todavía no es cliente. Para ampliar información, puedes leer este artículo.

Aléjate de las palabras redundantes

Seguramente hayas caído en la repetición de ideas o conceptos en más de una ocasión, y sin darte cuenta muchas veces.

Por ejemplo: Tan solo 1 de cada 10 clientes, o lo que es lo mismo, el 10%, asegura no estar contento con los servicios de la Empresa X. 

¿Ves la redundancia? No tiene sentido que expreses el mismo dato de dos formas distintas.

Al igual que puedes ser redundante a nivel de palabra, puede existir redundancia a nivel oración o párrafo.

Cuando un texto es redundante da la impresión de que o no tienes claro lo que quieres decir, o no tienes la soltura suficiente para expresarte.

Aunque es necesario destacar que una repetición de idea o párrafo tiene sentido cuando queremos enfatizar algo; de esta manera damos a entender al lector de que ese concepto es importante y debe recordarlo.

Presta atención a la ortografía

Aunque de la ortografía ya hablamos en el artículo Cómo mejorar la redacción de tus presupuestos, es necesario sacar del tema de nuevo. Tiene demasiada importancia como para no dedicarle un espacio.

Es inadmisible escribir cualquier texto con faltas de ortografía, y más si son propuestas económicas. Recuerda que uno de los motivos por los que haces presupuestos es venderte.

¿Qué cara pondría nuestro potencial cliente si se la encuentra? ¿Qué impresión tendrá de nosotros?

Ya te adelanto que no muy buena…

Asegúrate de repasar tus plantillas para presupuestos: si las guardas con errores ortográficos, enviarás una y otra vez presupuestos con faltas y te tocará volver a construir el modelo desde cero.

Puedes ayudarte de herramientas como el diccionario de la Real Academia Española, la Fundación del Español Urgente, o recursos como Wordreference.

No abordes todos los puntos a la vez

Es normal no tener la habilidad para corregir todos los puntos a la vez. Ni debes pretenderlo.

Ten en cuenta que lleva un tiempo enmendar estos errores, siendo lo más inteligente y productivo ir uno a uno.

Cuando domines una técnica, pasa a la siguiente. Es la única forma de generar plantillas para presupuestos bien estructuradas, con mensajes claros y que realmente perduren en el tiempo.

¿Cómo te preparas para construir plantillas para presupuestos que sean profesionales? ¿Existen más factores que influyen en la elección del lenguaje? ¡Déjanos un comentario y lo hablamos!