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El libro tradicional, única excepción a la transformación digital

La vida digital ha ido ganando posiciones en nuestra vida. Nuevas tecnologías digitales, unidas a un uso cada vez más intensivo de Internet y nuevas infraestructuras de conexión, han propiciado un avance de los formatos digitales, como muestra el informe Sociedad de la Información en España 2016.

Se trata además de un avance global que afecta a prácticamente todos los tipos de contenidos y todos los tipos de actividades y que ha propiciado que los usuarios se encuentren cada vez más conectados a Internet. Así, si en el año 2014 el 75% de los usuarios que utilizaba Internet en el móvil se conectaba mediante wifi y tarifas de pago, en la actualidad, el 85,7% utiliza ambos medios de conexión, lo que viene a mostrar la necesidad de los usuarios de estar siempre conectados.

Llama la atención que sean las personas mayores, de más de sesenta y cinco años, un colectivo que en muchos casos ha entrado en Internet a través del móvil, quienes utilizan en mayor medida solo una de estas tecnologías, aunque en 2016 muchos de ellos han pasado de estar solamente conectados mediante tarifas de pago (16,3% en 2016 frente al 23% en el año 2015) a hacerlo también con wifi, lo que muestra su mayor tendencia al consumo de datos.

Además de la mejora en las infraestructuras, también continúa aumentando el número de dispositivos utilizados para conectarse a Internet en los hogares. Así, ya el 15,2% de los hogares se conectan a Internet desde la televisión (2,2 puntos porcentuales más que un año antes) y el 42,5% desde la tablet (3,8 puntos porcentuales más que un año antes).

Todos estos hechos están potenciando el uso de formatos digitales, que durante el año 2016 consolidan su dominio. Como es lógico, este dominio viene acompañado también por un incremento de quienes prefieren el formato digital. Se trata de una situación que se suele dar en todos los segmentos de edad, aunque no con la misma fuerza. Así, si más de un 33% de las personas que tienen más de sesenta y cinco años siguen enviando correo postal, durante el año 2016 se produce una reducción drástica entre los jóvenes entre catorce y diecinueve años que utilizan este medio y su uso disminuye el 70% al pasar del 10,2% al 2,8%.

Entre los tipos de formatos analizados, destaca que por primera vez el número de personas que utilizan los formatos digitales para manejar información de gestiones personales llega al 45% tras un incremento de cuatro puntos porcentuales y, de esta forma, supera a los que utilizan los formatos tradicionales (42,3%).

El libro digital pierde interés

Sin embargo, en el otro ámbito donde los formatos tradicionales mantenían el dominio, la lectura de libros, esta situación no solo no se ha producido, sino que la situación ha sido la contraria y el uso del formato digital se ha reducido, aunque levemente —2 puntos porcentuales—. De esta forma, la lectura de libros no solo se convierte en la única de las actividades estudiadas en la que el formato tradicional se mantiene inexpugnable ante el avance digital, sino que mientras que el libro tradicional conserva su fuerza, el libro digital parece perder interés entre la población.

Se observa, además, que se trata de una actividad en la que no se siguen los patrones habituales y, en este caso, son las personas más mayores, las de más de sesenta y cinco años, las que recurren más al libro digital (38,5%), 12 puntos porcentuales por encima de la media. Contrariamente a la creencia habitual, los más jóvenes son los que más libros leen, solamente el 5,3% de las personas entre catorce y diecinueve años no lee libros y, además, son los que más utilizan el formato físico con un 85,2% que lee libros en este formato.

El dominio del formato tradicional en este ámbito no se debe a una menor oferta de contenidos o a la accesibilidad a dicho formato, como muestra el hecho de que entre los más jóvenes, generalmente los más predispuestos a las innovaciones, tan solo el 9,5% prefieren el formato digital. Así mismo, entre los usuarios que utilizan los dos formatos y, por tanto, conocen los beneficios y las limitaciones de ambos, el 70% continúa prefiriendo el formato tradicional.

Además, se observa que a diferencia de la tendencia observada en 2015 a utilizar más los dos formatos, durante este último año la situación ha cambiado y los usuarios apuestan por lo digital tendiendo a abandonar los formatos tradicionales, con excepción del libro, como se ha comentado.

Así, por ejemplo, la utilización del correo tradicional disminuye en cuatro puntos porcentuales y ya solamente es utilizado por el 19% de los usuarios. Lo mismo sucede con la actividad de ver u oír multimedia, actividad en la que la utilización de los medios tradicionales (televisión en abierto y medios analógicos) disminuye en casi 6 puntos porcentuales, hasta que, por primera vez, menos de la mitad de los internautas los utiliza.