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5 ideas erróneas sobre lo que es emprender un negocio propio

Existen algunas ideas equivocadas alrededor de muchos aspectos en todo lo que se refiere a los negocios y el mundo empresarial en general, pero pocos son tan malinterpretados por la cultura general como el concepto de emprender un negocio propio.

Estas son algunas de las nociones más comunes de ser percibidas de forma errónea:

La libertad es ilimitada

Mucha gente se siente atraída hacia la idea de crear un negocio propio por la potencial libertad que representa: ¡nada más lejos de la verdad! Es cierto que si creas tu propio negocio podrás elegir el horario en el que querrás trabajar, autogestionar tus vacaciones cuando lo desees o trabajar desde donde quieras. Pero ten en cuenta que serás el único responsable de que la empresa genere beneficios, lo que muchas veces supone dedicarle a tu negocio muchas más horas del que le dedicarías al negocio de otra persona.

Al trabajar por cuenta ajena, puedes dar por terminada la jornada laboral en el momento en que atraviesas la puerta de salida. Cuando eres emprendedor, el éxito de tu proyecto se convierte en parte de tu vida, y lo llevas contigo a cada momento. Y si además contratas un abogado o algunos empleados, el curso de la actividad profesional de los mismos también caerá sobre tus hombros.

De manera que no, la libertad no es absoluta ni ilimitada. Sólo existe al momento de elegir cómo distribuir tu jornada laboral.

Emprender es una manera rápida de hacerse rico

No existe un límite para lo que puede ganarse al emprender un negocio propio: con un correcto manejo de la empresa, las variables justas alineadas, buen marketing y un poco de suerte, el potencial de ganancias puede sobrepasar las predicciones iniciales e incluso dispararse más allá de lo imaginado.

Sin embargo, no sucederá de la noche a la mañana. Creer que emprender es una manera rápida de ganar dinero es una noción equivocada: hay que invertir muchos recursos en un negocio nuevo, siendo los dos principales tiempo y dinero.

El impulso del emprendimiento ha de venir por la intención de generar un proyecto cuyos resultados traigan satisfacción en lo personal, y nunca por la idea -errónea- de que será una catapulta hacia la riqueza.

“La idea lo es todo”

Es cierto que una buena idea facilitará el camino para emprender un negocio, ya sea a la hora de buscar financiación, gente interesada en participar en los diferentes aspectos de la misma, o incluso un potencial público.

Sin embargo, no todo depende de la idea. Una mala gestión de una excelente idea puede terminar en fracaso, así como una buena gestión de una idea mediocre puede llegar a adaptarse al mercado y prosperar.

Ten en cuenta que has de mantener la idea original permeable a posibles cambios: durante el transcurso de la marcha irás descubriendo qué tanto se adapta a las necesidades reales del mercado, y qué cosas son factibles de ajustar.

Para emprender, es necesario haber seguido una carrera de negocios

Puede que una carrera de negocios sea un sendero útil de recorrer a la hora de considerar la posibilidad de emprender un proyecto empresarial, pero ciertamente no es el único. De hecho, la mayor parte de los CEOs más exitosos que han fundado empresas como Google, Microsoft, Oracle o StarOfService, no han cursado una carrera de negocios.

El mayor requerimiento para emprender es tener la capacidad de encontrar soluciones creativas a grandes problemas, aplicando una mezcla de ciencia, tecnología, materiales y sentido común. Cualquier preparación académica o don natural que permita desarrollar esa capacidad será herramienta suficiente para el emprendimiento.

Para emprender, hay que ser extrovertido y tener alma de líder

Los emprendedores vienen en todas las formas, tamaños y colores. Cualquier tipo de temperamento puede emprender un negocio, ya que el éxito no depende de qué tan extrovertido es sea fundador, sino de qué tan disciplinado, perseverante, dedicado y responsable sea.

Es cierto que a una persona extrovertida le será más fácil interactuar con otra gente, actividad tan necesaria a la hora de crear y desarrollar una empresa, pero las cualidades que realmente cuentan no pasan por el carácter sino más bien por el esfuerzo y la perseverancia.