Siempre ha sido de progre decir “yo no veo la televisión”, daba una pátina de cultureta mentiroso que solía ser aceptada, aunque bien podía mediar una discusión de incredulidad manifiesta. Ahora ya es una realidad. Quien les escribe no tiene aparato de TV. Pero no ver la televisión tradicional no quiere decir que no se visualicen contenidos audiovisuales, que son dos aspectos diferentes. Quien les escribe ve contenidos audiovisuales.
Las plataformas como YouTube o Vimeo, otras de pago como Movistar, Netflix o HBO, los servicios cada vez más avanzados de videos juegos (como PlayStation Vue), la emisión en directo por medio de las redes sociales (Facebook Live o Periscope en Twitter, por ejemplo), Snapchat que ha hecho pública su colaboración con el canal Vice para producir contenido exclusivo para la app o fenómenos recientes como los eSports (que ya tiene su propio canal en Movistar) han propiciado, también aquí, un cambio radical en muy poco tiempo.
Pero no es que compitan con la televisión tradicional, es que van directamente a por ella conocedores de que cada vez se incorpora un público muy joven adicto a las ventajas de esta “nueva televisión”, y que no goza, como lo hicieron sus padres, del zapping. Un buen ejemplo lo encontramos en la campaña de lanzamiento de la mencionada PlayStation Vue donde un hombre está delante de una tumba abierta en el cementerio preparado para enterrar una televisión de las antiguas, de tubo catódico. Acto seguido le da una patada y comienza la promoción de esta plataforma de ocio y entretenimiento pensado para el hogar. Microsoft ha movido ficha rápidamente y prepara el lanzamiento de una nueva Xbox, esta vez la Project Scorpio.
La clave de la forma en ver la televisión está en cómo se comportan la famosa generación de los Millennials. Según un estudio de eMarketer realizado en Estados Unidos y Canadá, el 71% de los miembros de esta generación consumen en streaming (contenidos audiovisuales bajo demanda) y solamente el 12% ve la televisión. Justo lo contrario de lo que hace la generación opuesta o llamada también Boomer (los nacidos entre 1945 y 1965 en los países anglosajones) En este caso el 64% prefiere la televisión y solo el 12% usa los contenidos bajo demanda. La generación intermedia o Generación X es más equilibrada, aunque el streaming (48%) dobla a la televisión (21%).
Entre tanto, Youtube ha estrenando un servicio que permite ver en directo canales de televisión desde cualquier dispositivo móvil, la parte sustancial del negocio, aunque también se podrá visualizar en la televisión. Tiene un coste de 35 dólares e inicialmente solo se ofrece en Estados Unidos, y cuenta con una oferta de más de 40 opciones de entretenimiento, deportes y noticias. Cadenas como ABC, FOX, NBC, Disney o CBS son algunas de las que forman parte de su oferta.
Aunque los dos párrafos anteriores hacen referencia a datos de Estados Unidos, se ha demostrado sobradamente en el mundo digital que lo que sucede en ese país termina siendo tendencia en el resto de países, por lo que todo indica que los Millennials europeos, y más específicamente los españoles, adoptarán en breve unos hábitos de consumo similares, aunque habrá que tener en cuenta que la TV de pago llego a nuestro país con muchos años de retraso.
La doble pantalla: otra forma de ver la televisión
La otra casuística que ha modificado la forma de ver la televisión es el fenómeno de las dos pantallas: estar viendo un programa y comentarlo en las redes sociales en tiempo real, en especial en Twitter que se ha convertido en un juez implacable para muchos programas de la caja tonta. Tal es así que desde hace un tiempo se habla de la audiencia social de los contenidos audiovisuales y Kantar, la empresa que mide las audiencias en este soporte, firmó en diciembre de 2014 un acuerdo con Twitter para registrar este tipo de datos y crear Kantar Twitter TV Ratings.
La medición de la audiencia social influye mucho actualmente en la programación de las cadenas de televisión, ya que toman muy en cuenta las opiniones del público en Twitter para que un programa continúe en la parrilla o no, aunque con respecto a la totalidad de la audiencia sean una minoría. Otros programas, como Gran Hermano u Hombres y mujeres y viceversa, viven del tuit en su día a día. En todo caso, todos tienen su hashtag y el mundo digital ha pasado a ser muy importante en la televisión tradicional.
Por otra parte, en esta nueva forma de consumir contenidos audiovisuales existen aplicaciones que permiten compartir las películas o series de los canales que tengamos contratados bajo demanda con otras personas en tiempo real. También se puede hacer con vídeo y canciones, creando así una experiencia multimedia. Dado que muchos jóvenes comparten el ocio por medio del móvil o el ordenador desde su casa con sus amigos, aunque se vayan a ver poco después físicamente, esto abre una ventana de posibilidades nuevas, sobre todo en el campo de intercambio de videos cortos, que habrá que ver cómo evoluciona en el tiempo. Algunas de estas aplicaciones son Synaptop o TogetherTube.
La última tendencia que ha llegado al formato televisivo son los deportes electrónicos o eSports, competiciones desconocidas para muchas personas de cierta edad pero que mueven audiencias millonarias en Estados Unidos, Corea, Suecia o Alemania, al mismo tiempo que llenan estadios con capacidad para 30.000, 40.000 o más personas. Cerca de 300 millones siguen estos eventos deportivos y la final de League of Legends (Liga de Leyendas) alcanzó los 36 millones. En comparación, las series más vistas en Estados Unidos en 2016 fueron The big bang theory y The walking dead con 25,2 millones y 24,7 millones de espectadores, respectivamente.
El deporte consiste en jugar a los videojuegos a un altísimo nivel de competición entre clubs profesionales, y lo que emiten las televisiones son esos enfrentamientos deportivos virtuales. Para las personas de más edad y por si no lo terminan de ver claro: la gente paga por ver a chavales jugar a videojuegos. En definitiva, unos campeonatos en toda regla donde la televisión y la publicidad ha puesto sus ojos dadas sus previsiones: para 2019 se espera que el mercado llegue a los 1.127,5 millones de dólares y tenga 490 millones de audiencia, según Newzoo. Nada extraño de lograr si aúnan tres factores: Millennials, Youtubers y eSporters, que me da que no son de encender la televisión tradicional.