¿Cómo es el emprendedor español? El perfil es el de un hombre de 34 años y con formación universitaria, mayoritariamente licenciado en ingeniería y vocacional. Es además un emprendedor que en su mayoría ha creado más de un proyecto, según el Mapa del Emprendimiento de Spain Startup (PDF) basado en los proyectos presentados la competición de South Summit.
El estudio revela una consolidación del modelo de startup para la creación de empresas y generación de empleo. Esto implica una evolución hacia un modelo más profesional en el acceso a la financiación y visibilidad y partnerships estratégicos.
La mayor parte de los emprendedores se ubican en la franja de entre 25 y 34 años (42%), un porcentaje inferior al de los emprendedores europeos y latinoamericanos (54%). Sólo un 2% de los emprendedores españoles cuenta con más de 55 años.
El perfil es eminentemente masculino, tanto en España (83%), como en Europa y Latinoamérica (84%). La formación del emprendedor es abrumadoramente universitaria (97%) y en concreto, especializada en Ingeniería (45%). Este porcentaje se ha elevado desde el 90% de hace dos años. Como destaca el informe, “la startup es innovación y por tanto, intensiva en formación”.
Sólo el 1% de los emprendedores surge del desempleo
También es absolutamente mayoritario el origen vocacional del emprendimiento. Tan sólo se puede catalogar como emprendedor “por necesidad” al 1%, que es el porcentaje de emprendedores cuya situación laboral previa es el del desempleo.
El 62% declara que siempre quiso emprender, un porcentaje por otra parte más elevado en Europa (68%) y Latinoamérica (70%).
El emprendedor es además, recurrente. El 51% ya había emprendido antes. Hace dos años, este porcentaje estaba situado en el 37%. Un 5% incluso ha lanzado más de 5 startups. El 62% ha tenido un primer fracaso y 1 de cada 4 ha vendido. “La venta es sinónimo de éxito y el fracaso aprendizaje para siguientes proyectos”.
Se triplican las startups que facturarán más de 150.000 euros en 2016
Respecto a los proyectos emprendidos, el perfil es de una startup en fase inicial, que cuenta entre 1 y tres años y tiene un número de empleados que oscila entre 2 y 10. Una de cada cuatro startups facturará más de 150.000 euros en 2016.
Así, con una aplastante mayoría (81%) en fase inicial (concept, early o seed), sólo el 17% se encuentra en fase growth.
El panorama es bastante optimista. Se ha triplicado la cantidad de empresas que esperan facturar en 2016 entre 150.000 y 500.000 euros sobre la facturación real de 2015. También es mayor el empleo generado. El 21% de las startups tiene una plantilla de 5 a 10 empleados, un 5% más que el año pasado.
Las industrias donde operan estas startups están lideradas por el sector de la educación, seguido del consumo y el e-commerce. La mayor parte de los productos y servicios no están dirigidos al consumidor final, sino a las empresas (B2B).
La producción de las startups españolas difiere de sus homólogas europeas. Los servicios son lo más destacado en España (un 49% frente al 37% de Europa). Las startups europeas destacan en software (53% frente al 42% de Europa.
Profesionalización del modelo de financiación
Otro hecho destacado es la profesionalización del modelo de financiación en España. Sin embargo, todavía es mayoritario la financiación con recursos propios (54%) y con el de familia y amigos (27%). El crowdfunding sigue siendo un medio residual (1%) como principal fuente de financiación.
El monto solicitado se encuentra entre los 100.000 y los 500.000 euros (para el 43%). El 38% requieren una financación por encima del medio millón de euros.
Las necesidades regulatorias se centran sobre todo en la reducción de impuestos y en el acceso a la financiación. El 73% de los emprendedores piden una bajada de impuestos y el 41% acceso a beneficios fiscales.
