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Delegar para crecer

Muchos emprendedores, ya sea por escasez de recursos o por querer tenerlo todo bajo su control, adoptan roles que no les pertenecen; administrativo, contable, técnico de recursos humanos, community manager…pero esto, lejos de suponer un avance para la empresa, supone un perjuicio para el trabajo diario de la organización.

Delegar es un ejercicio sano que muchos CEOs se resisten a hacer, pese a que implica múltiples beneficios para el crecimiento de la empresa. Por eso, es importante saber cómo y cuándo delegar y aceptar el proceso como algo natural.

Pasos para delegar

Es posible que intentes abarcar más de lo que puedes hacer. No eres el único, la mayoría de emprendedores lo ven como algo normal. Sin embargo, existen una serie de pasos que pueden facilitar el abandono de esta rutina y ayudarte a aceptar que necesitas ayuda para poder avanzar en tu negocio.

1. Acepta que lo necesitas. Haz una pequeña reflexión con un cálculo semanal del tiempo que tendrías para dedicar a tu verdadero trabajo si derivaras a otra personas alguna de tus tareas. Delegar no es dejar tu empresa a su suerte, sino buscar gente especializada que hará las cosas con mucha más dedicación y efectividad. Además, te liberarás del estrés, preocupaciones y serás mucho más efectivo.

2. Piensa qué puedes delegar. Si eres muy bueno en algo, y además te gusta hacerlo, no tienes por qué pasarle el trabajo a otra persona. Haz una lista de todas las tareas que haces y divídelas entre aquellas que crees que solo puedes asumir tú y las que puede desempeñar otra persona.

3. Escoge bien el candidato. No basta con delegar a cualquiera aquellas tareas para las que no tienes tiempo o aptitudes. Evalúa los puntos fuertes de cada uno de tus empleados, el tiempo del que disponen y su capacidad para asumir nuevas responsabilidades. No hace falta que todos sean expertos en el trabajo a desarrollar, piensa en el potencial de cada uno y lo que pueden llegar a hacer si les formas.

4. Delega tareas, pero también responsabilidades. Es posible que por miedo al descontrol empieces a delegar solo tareas concretas siempre bajo tu supervisión. Esto te servirá de poco porque aunque ahorres cierta cantidad de tiempo luego también lo perderás supervisando los trabajos desarrollados. Si das la responsabilidad de un área o departamento concreto a una persona, ambos ahorraréis tiempo y ganaréis confianza.

5. Especifica el trabajo a realizar. Como responsable de la empresa cuando delegas tienes que especificar qué tareas o responsabilidades son las que tiene que desempeñar tu empleado. No basta con decir, “ahora te ocuparas de Recursos Humanos”, sino que tienes que explicar la metodología utilizada hasta ahora, el punto en el que te encuentras y las expectativas u objetivos que esperas. Recuerda que la adaptación a este nuevo rol supondrá tiempo y puede ser que al principio tu empleado requiera de tu ayuda.

6. Mantén un seguimiento en el tiempo. Delegar es positivo para tu empresa pero tampoco quiere decir que te puedas olvidar por completo del trabajo que has derivado a otras personas. Para ello, es recomendable un seguimiento y reuniones periódicas para comprobar que todo va sobre lo previsto.

No se trata de que tu empleado se sienta como en un examen del colegio, sino que te informe de cómo está la situación, los avances y las próximas acciones planificadas.

Si interiorizas estos pasos verás como aumenta, no solo la eficiencia de tu empresa, si no la motivación de tus empleados, el buen ambiente de trabajo y, sobre todo, tu tiempo

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